Habitantes del centro de Valledupar, vecinos de la antigua “Cárcel El Mamón” creen que por las noches se escuchan los pasos y las cadenas de los reos que estuvieron recluidos ahí, hasta que doña Cecilia Caballero de López y la Gobernación del Cesar en ese entonces, decidieron derrumbar las celdas y construir un sitio para la cultura, en la calle 16 A con carrera 6.
Rosa Torres de Silvera recuerda que en 1983 cuando se instalaba en lo que hoy es una librería al lado de la Casa de la Cultura, los habitantes de ese sector le advirtieron de los fantasmas, pero ella asegura que jamás escuchó nada en las noches, diferente a los ruidos de la casa vieja que según gestores culturales, también podría derrumbarse.
Con 80 millones de pesos serán reparados el voladizo frontal y la biblioteca Enrique Pupo Martínez, de la Casa de la Cultura, pero reparaciones completas no pueden hacerse mientras el lugar siga a nombre de la Gobernación del Cesar.
Tres pisos, una biblioteca, un auditorio – teatro, una sala de exposiciones y algunas oficinas, componen la Casa de la Cultura de Valledupar, considerada pequeña para una capital de departamento y con apariencia vergonzosa.
Tomas Darío Gutiérrez, exdirector del Instituto de Cultura que existió en Valledupar, recuerda que antes de cárcel, en la Esquina del Mamón hubo un convento. “Como cárcel yo la conocí, a mis 10 años, unas rejas altísimas, y luego en el gobierno de Alfonso López Michelsen, derribaron la construcción colonial y construyeron la Casa de la Cultura, esa que ya está clamando por una demolición también”, dijo el compositor y ambientalista.
Gestores culturales como Gutiérrez, aseguran que hay unas ocho casas de la cultura en el Cesar, en mejores condiciones que la de Valledupar. “En los primeros tiempos la Casa de la Cultura tuvo un gran papel, era muy bonita y elegante, un excelente auditorio, se hacían exposiciones de pinturas famosas, pintores de fama internacional, obras de teatro como La Candelaria, era excelente en sus primeros 20 años”, agregó.
No sólo cerámica, también estaban a la vista del público unas 50 obras arqueológicas de oro precolombino, pero con el paso de los años todas esas piezas fueron mudando de lugar, como mudaron a los presos de la cárcel que se volaban subiendo por el árbol de mamón que le dio su apelativo al centro de reclusión, según recuerda el exjuez José Amiro Araméndiz.
Uno de los termómetros con el que se mide la situación, es la reacción de los turistas que al llegar a Valledupar preguntan por los sitios de la cultura y se encuentran con la deteriorada Casa de la Cultura; apenas los primeros días de diciembre de 2013, se inauguró en la capital mundial del vallenato, un museo de acordeones, privado.
Más allá de la infraestructura
Desde el inicio del mandato de Fredys Socarrás Reales, en la Alcaldía de Valledupar se anunciaron acciones para recuperar la deteriorada infraestructura; en la esquina del lugar permanecen unas vigas metálicas que soportan el peso del tejar, y pese al transcurrir de los meses nunca más han sido movidas.
Los tejados de madera o “el palomar” como le llaman algunos, y los célebres encuentros de La Palabra Encantada, cuentan la historia de una intención por recuperar el lugar pero pasa el tiempo y nada ocurre. ¿Cuánto cuesta reparar la Casa de la Cultura?
Más allá de la apariencia de la infraestructura del lugar, la promoción de la cultura también es cuestionada y reconocida.
Agustín Nieves, pintor y gestor cultural, asegura que el lugar da pena, pero su director ha salido a trabajar con las uñas para que la cultura en Valledupar trascienda hasta los últimos rincones de la capital del Cesar. “Debemos tener sentido de pertenencia todos los que entren a dirigir la Casa de la Cultura. Los mismos trabajadores de la cultura entran a empañar el apoyo que se está dando, aquí hace unos años no se hacía una exposición de pintura y en diciembre batallamos para hacerla y nos apoyaron”, afirmó.
Alex Pana, concejal de Valledupar, difiere de esa percepción y afirma que, “en el Concejo hemos tratado bastante el tema, la mayoría de los concejales estamos preocupados por la situación que está viviendo culturalmente la ciudad de Valledupar, siendo la capital cultural. Llegamos a la plaza y no vemos los eventos que deberían darse, no solo en música, lo poco que se ha visto en gestión, son los juglares”.
Lo que dice el Director
La Palabra Encantada, Cultura al Parque, la Banda Municipal y sus semilleros, Los Juglares, programas de lectura, procesos formativos musicales para 2 mil estudiantes, y exposiciones con cierta frecuencia, son hasta ahora las cartas de presentación de Alberto Muñoz Peñaloza, a quien el peso de la iliquidez financiera de Valledupar en sus primeros 15 meses, le cayó encima.
El director resaltó que la administración municipal delegó en la Secretaría de Obras la reparación del voladizo frontal y de la biblioteca Enrique Pupo Martínez, que permanece cerrada esperando volver a abrir sus puertas. Costo de esas obras: 80 millones de pesos, que según Muñoz Peñaloza se empezarán a mover este mes.
Gobernador no firmó la ordenanza
Sin embargo, hablar de reparaciones completas en la infraestructura es algo que según el Municipio, depende de la buena voluntad de la Gobernación del Cesar, propietaria del predio y su infraestructura desde sus inicios. “Estamos pendientes de que la Gobernación entregue a través de la enajenación el predio por medio de una ordenanza de la Asamblea Departamental de diciembre de 2011; mientras esté a nombre de la Gobernación, no se puede invertir”, enfatizó Muñoz Peñaloza, quien resaltó que se ha hablado con Luis Alberto Monsalvo, de quien esperan buena voluntad en el tema. El entonces gobernador Cristian Moreno Panezo no firmó la ordenanza y el tema no fue continuado por el presente mandato.
La Casa de la Cultura verá reparaciones sustanciales en un tiempo determinado solo por el ambiente existente entre Alcaldía y Gobernación. Por el momento, hay proyectos para fortalecer los programas ya existentes en el plan de acción establecido por Muñoz Peñaloza, financiados por la estampilla pro cultura. Este año esperan recaudar 1.350 millones de pesos, pero el 30% de este dinero estará congelado en dos aspectos: 20% para pasivo pensional y 10% para seguridad social de gestores culturales, tema que el Gobierno Nacional, según la Casa de la Cultura, no ha regulado hasta el momento.
PUNTOS DE VISTA
Rosa Torres, vecina: “Hace muchos años se decía que se podía ver y escuchar fantasmas de la Cárcel del Mamón, pero yo nunca he escuchado nada; luego pude asistir a las exposiciones de la Casa de la Cultura.
Agustín Nieves, pintor: “Hace muchos años no se veía una exposición de pintura, muchos quieren empañar el apoyo que le brindan a los artistas, aunque las instalaciones están en mal aspecto y necesitan reparación.
Por Andrés Llamas Nova
andres.llamas@elpilon.com.co