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El fútbol como camino a la esperanza, una historia de transformación (II parte)

Los jóvenes de hoy, esos niños que se abren camino, nada fácil, a un ejercicio que va marcado por el ejemplo de los grandes futbolistas alrededor del mundo, que ostentan lujos, carros últimos modelos, colonias finas y mujeres bellas.

Esos niños que muchas veces dejan de lado el estudio, el don de las cosas buenas pasa desapercibido y se endiosan de tal manera que nunca se fijan en los sacrificios que hay que vivir y pagar, para emular a esos grandes deportistas.

La jornada de presentación de esos muchachos de la Selección Cesar de fútbol sub trece, el pasado 9 de diciembre del presente año, nos lleva a reflexionar un poco y desde luego a sentar como precedente, además de esa excelente jornada, de luces y colores, de padres orgullosos y desde ya, de los muchachos iniciando el tránsito por ese camino que ven en esos grandes pasarelas que desean desafiar.

Hay que trabajar primero, y eso es un compromiso del hogar, padres y familia en general, sentar a la muchachada para que “no vuelen sin motores”, que hay que tener sueños.

Pero, lo segundo, es ocuparse en la disciplina, en el compromiso de formación; en ese adeudo innegociable de estudiar con responsabilidad.

“Se le resalta a ellos y a los padres de familia que lo primero es el estudio, hemos tratado de organizar las sesiones de entrenamiento para que los niños puedan cumplir con sus labores académicas y luego ir a trabajar lo deportivo, se les inculca que deben ser buenas personas, comprometidas y juiciosas; que los valores son importante; lo primero, el estudio y trabajar de la mano con el compromiso de los padres de familia para formar seres integrales”, esta es la percepción de Hugues Javier Cuello Luquez, asistente técnico y analista de videos, magíster en entrenamiento deportivo.

Y desde luego quisimos recoger las voces de los padres de familia: Fabián Tavera, padre del arquero Samuel Tavera, manifiesta su orgullo porque su hijo fue escogido entre los veinticinco muchachos, lo que resalta su trabajo y su disciplina. 

“Son años de práctica, entrenamientos en todas las jornadas, nos vemos en un evento magno que nunca se había visto en Valledupar. Me siento muy orgulloso y le transmito ese mensaje de constancia, de disciplina, de compromiso; todos los días hablo con él y le inculco que la disciplina abarca todo, si hay talento y no hay sacrificio no pasa nada. Esto es un proceso que tiene futuro, para mí es una gran victoria, el solo hecho que se levante a entrenar, hace más que el ochenta por ciento de los niños que se quedan durmiendo en casa o en el ocio total”.

Cerramos con la voz de Jeiner Eduardo López Lara, agente FIFA internacional, abogado y miembro de la fundación Faje: “Lo que se quiere es inspirar y motivar a la empresa pública y privada, a las autoridades, para que vean el deporte como un mecanismo social, de crecimiento de los muchachos, de la familia y de la ciudad. En esta medida, si se logra apoyar el sueño de estos niños, lograremos tener una mejor región”. Vale la pena soñar y trabajar por esos sueños, hay que seguir promocionando y apoyando el deporte y la cultura de nuestro medio. Sólo Eso.

Por: Eduardo Santos Ortega Vergara.

Categories: Columnista
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