Dios nos invita a enseñar a los niños, a conocerlos y amarlos. «Y estas palabras que yo te mando hoy, estarán sobre tu corazón; y las repetirás a tus hijos, y hablarás de ellas estando en tu casa, y andando por el camino, y al acostarte, y cuando te levantes».
Proverbios 22:6: nos dice: “Enseña al niño a ser honesto y cuando sea adulto no dejará de serlo”.
El pasado 9 de diciembre del año en curso, nos encontramos con un evento apoteósico, de esos eventos que marcan historia y nos dejan el corazón con una huella indeleble, el lanzamiento de la selección Cesar de fútbol sub-13.
En un escenario de altura, con amigos, los patrocinadores; los deportistas, jóvenes llenos de sueños y sus padres; periodistas que veían asombrados tanta parafernalia, luces colores, exaltaciones, discursos y a los niños cargados de felicidad. Un evento que no envidiaba ningún proceso argentino o europeo.
Hubo un responsable, entre otros, un hombre que le dio color y altura a un acontecimiento súper especial, a través de ‘Zona Creativa Eventos’, el señor rector marcaba nuevamente.
“El futbol como camino a la esperanza, una historia de transformación”, a través de este mensaje, nuevamente Fabio Torres, se puso la diez y marcó un hat-trick; con la colaboración de varias empresas y el actuar silencioso de un personaje que nunca quiso dar la cara ni protagonizar, ningún intento de robarse el show, nada de eso.
Y lo veíamos feliz, abrazando a los muchachos y dándole la cara a los padres de familia. Sacándole el quite a los periodistas, pero con la firme convicción que aquello que un día fue un sueño, justamente viendo la cara de felicidad de los muchachos, del cuerpo técnico y de los patrocinadores, ese día podía irse tranquilo y con la frente en alto.
Podía relatar cada historia de vida detrás de aquellas caras felices, conocía el actuar de cada padre de familia, que disfrutaron como nadie, la presentación en sociedad de esos 25 muchachos, escogidos entre más de 250 ‘pelaos’ de los clubes de todo el departamento.
Recibieron detalles, uniformes nuevos, becas de estudio, apoyo de todos, hay sueños que valen la pena que se cumplan. Y hay detalles, por muy simples, que siempre marcan el corazón.
“Fue un proceso muy duro, convocaron más de 250 jugadores y después de un largo camino pude quedar entre los veinticinco, aquí estamos en un permanente aprendizaje; nos enseñan a ser disciplinados y a tratar con respeto el deporte y la educación”, esto nos dijo José David Camacho Mendoza, que con trece años responde de manera adecuada a un proyecto muy importante.
Silvestre Maestre Martínez también se pronunció desde su experiencia: “Éste evento fue extraordinario, algo que aquí no se había hecho nunca y desde luego es una motivación para los jóvenes. Este grupo promete, es bastante competitivo el de mejor conformación, los mejores jugadores de sus respectivos clubes, hubo filtros de gran responsabilidad”.
Resaltando y rescatando, además de la parte técnica y de valores, el entrenamiento invisible, el compromiso personal, lo que ellos hacen en la casa, ¿a qué hora se acuestan? ¿qué comen? hay que tratar de cambiarle la mentalidad al jugador, ellos muchas veces se dejan llevar de las cosas fáciles y se tiran cualquier trabajo y dañan la proyección dañan las esperanzas. Creo en estos muchachos, hay ahíncos. Sólo Eso.
Por: Eduardo Santos Ortega Vergara.