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El foro de las nuevas energías

Configurar lo que será la región del Cesar y La Guajira  en los aspectos productivos no se podrá desligar de su capacidad para ofrecer productos minerales y energéticos para la nación y los mercados internacionales. No podrá sustraerse del aprovechamiento de los combustibles fósiles que en un periodo de pocas décadas cambiarán su predominio,  dentro de la canasta energética mundial, hacia otras fuentes de energía, de origen natural pero renovable, que,  a su vez,  requerirán de otros minerales básicos,  que podrán ser ofrecidos por esta  zona del nororiente colombiano.

Disponemos de minas de carbones térmicos, cuya combustión se realiza en otros países, de potencial de hidrocarburos que aseguraría el autoabastecimiento nacional y de metales básicos, como el cobre, fundamentales para el establecimiento de paneles y hélices para aprovechar las energías del sol y del viento.

Pero, existiendo los recursos,  las mejores energías son las que conforman la voluntad,  el conocimiento técnico, la capacidad organizacional y las mejores instituciones públicas para que de manera integral los riesgos se minimicen, los efectos adversos se controlen y se amplíen los grandes  beneficios del capital y el trabajo conjugados en un propósito de transformación regional.    

En el Cesar, la UPME habla de 13 proyectos solares a gran escala, cuatro a ejecutarse en el corto plazo. Están los de Enel en La Loma, con 150 megavatios (MW) , y el de Celsia en Valledupar, con 80 MW y dos proyectos más en La Mata 80 MW y Sol de Gamarrita 45 MW.

Así, el Cesar es probablemente el departamento con mayor capacidad de generación de megavatios de energía solar contando los proyectos vigentes. En total, en los 13 proyectos se generarían más de 1.399 MW, solo  compitiéndole Santander.

Por su lado,  en La Guajira, son  18 parques  eólicos y 5 solares. Solo en lo eólico, La Guajira produciría más megavatios  que todos los departamentos juntos, 3.315 MW, según el informe de la UPME.

Resaltamos, en el foro de hoy, el impulso a las actuales minas y  la promoción de proyectos de metales en los límites de los dos departamentos, y la vinculación del Grupo de Energía de Bogotá, al participar en propiedad en los proyectos de energía renovable que proyectaba  Enel, en la transportadora de gas, en la construcción de la transmisión de energía desde la alta Guajira al centro del Cesar y sus aportes como los de acueducto a través de obras por impuestos a municipios como La Paz.  ¿Cómo hacer posible eso y que se logre una gran transformación económica y social, superando la inequidad y la pobreza? ¿Cómo lograr que  el uso sea compatible con las necesidades de las comunidades del entorno y las de la pródiga naturaleza? ¿Cómo lograr que las instituciones públicas, los gobiernos de la región y la dirigencia política encaucen los nuevos ingresos hacia los territorios? ¿Cómo hacer esos proyectos más eficientes y más generadores de riqueza? ¿Cómo, al tiempo,  diversificar y potenciar las otras actividades productivas? ¿Cómo lograr una población más saludable y más educada que haga factible el salto al desarrollo?

Categories: Editorial
Redacción El Pilón: