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El flagelo de la pobreza extrema en Colombia

Por: Gustavo Cotes Medina

La naturaleza ha sido muy generosa con nosotros, pero “Colombia es un país rico habitado por gente pobre” y tiene los niveles de desigualdad más altos de América Latina. Las cifras, además de dolorosas, son contundentes: el 45% de los colombianos son pobres y el 16% son pobres extremos con nueve millones bajo línea de indigencia. Irónicamente, somos un país con un ingreso medio alto de 6.000 dólares per cápita y en algunas regiones  el ingreso es alto bajo. Nada de esto es nuevo y está diagnosticado. El Gobierno Santos ha sido muy claro que la lucha contra la pobreza es la prioridad en este rosario de prioridades que tiene el país.
A pesar que el crecimiento económico del país es bueno y sostenido, la población analfabeta no puede aprovechar esas posibilidades que se generan porque la pobreza no es solo un problema de ingresos sino que se trata de empoderar a las familias y a las comunidades para que ellos mismos sean protagonistas de su desarrollo, es decir, que no se está hablando de un “sistema asistencialista puro”, sino de un sistema de empoderamiento con las herramientas necesarias para que ellos mismos superen su condición de vida.
La pobreza extrema en Colombia está identificada y tiene un rostro. Todos sabemos que somos un país de regiones con muchas desigualdades y en las costas pacífica y atlántica se dan los mayores indicadores de población bajo pobreza y extrema pobreza. La meta del gobierno es sacar de la extrema pobreza a 350.000 familias en cuatro años y si este resultado es consistente, se estará erradicando la pobreza extrema en Colombia en un periodo de doce años.
Esta ambición social con caritas alegres y pedacitos de corazón, apoyada por grupos de inversión social privados, empieza el 10 de septiembre en el municipio de Sopó que es una de las cinco poblaciones que hacen parte de un plan piloto llamado Territorios Zolip, zonas libres de pobreza extrema. También se está trabajando en Ararca, un pueblo de Barú, Cartagena, con cerca de 400 familias de afrodescendientes. Al mismo tiempo, se está interviniendo en la comuna 18 de Cali.
En la franja de la pobreza extrema convergen el trabajo infantil, la violencia intrafamiliar, los embarazos adolescentes, el consumo de drogas y las violaciones. Es ahí donde está concentrado el Gobierno Santos y el Alto Consejero para la Prosperidad, Samuel Azout. Esta tarea la debe encarar el Gobierno con orgullo, decisión y sin miedos.
En el marco de las posibilidades de Valledupar para generar nuevos empleos- que hablamos en la columna anterior- se abre el abanico para los pequeños productores de frutas- especialmente mangos y naranjas frescas y secas – que podrían ir de la mano de Proexport y la multinacional Coca Cola en el desafío de vender sus productos- como jugo o fruta- en el mercado internacional, especialmente en Holanda, Alemania, Francia y Asia. De esta manera, Coca Cola se está convirtiendo en un promotor global de las frutas colombianas.
Así mismo, la Costa Atlántica tiene fuertes nexos culturales, sociales y económicos con el Caribe hispano y es otra de las oportunidades para examinar- en conjunto con Proexport- las potencialidades que generan las fronteras con los ocho países caribeños.
Además, Colombia pone sus ojos en Chile y Argentina que son claves en la apuesta del Gobierno para incrementar la inversión extranjera y el comercio. Las perspectivas de negocios son prometedoras. Agricultura y turismo hacen parte de los aspectos en los que se busca intensificar. El tema político es muy importante para la estabilidad económica e institucional de América Latina que busca enfrentar unidos la posibilidad de la crisis mundial.
¡Valledupar, reacciona y atrévete a mirar más allá. Las oportunidades están a la vuelta de la esquina, pero hay que buscarlas y concretarlas!
gustavocotesm@hotmail.com
@CoCotes

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