X

El faraón Akil

Iván Manuel Orozco

En las lejanas tierras de Egipto vivía un faraón llamado Akil, era un rey humilde y adorado por todos; vivía en un inmenso palacio a orillas del rio Nilo, tenía un trono magnifico y más de 50 sirvientes.  

Un día en la parte más oscura de Egipto, llegó un forastero con capucha, no se conocía su identidad ni de dónde venía. Pero éste iba en busca del faraón no se sabía porque o para que lo estaba buscando, duró años caminando, hasta que por fin llegó, iba a entrar en el palacio, pero había muchas trampas, él tuvo que esquivarlas y lo logró, luego entró a la sala del trono y encontró al faraón durmiendo, el sujeto lo despertó y Akil dijo: ¿Quién eres tú? El sujeto respondió: ¿no te acuerdas de mí? Akil le dijo: ¿te conozco? – eres tonto Akil o debería decir hermano.

En ese momento se quita la capucha y Akil se da cuenta que es su hermano; Kabul toma Akil y le quitó todo, lo echó del palacio, Kabul se declaró rey y prometió gobernar Egipto con puño de hierro. Egipto se convirtió en una ciudad oscura desolada y en ruinas.

Por otra parte, Akil estaba solo en una mala situación, sentado en la orilla del rio Nilo y de repente salió una luz en el cielo que le dijo: Akil – no te detengas lucha por tu reino y no permitas que Kabul te domine, en ese momento Akil pensó y dijo no puedo dejar que Kabul siga gobernando y se propuso recuperar su reino.

Fue en busca de Kabul cuando iba llegando al palacio, los guardias no lo dejaron proceder y Akil tuvo que enfrentarlos y los pudo vencer se acordó que habían trampas en el palacio, el sabia como evitarlas,  llegó a la sala del trono tranquilamente; cuando llegó, se miraron fijamente y Kabul lanzó un puñetazo,  Akil lo esquivó y comenzaron a pelear, fue una pelea tan emocionante que no se sabía quién podría ganar,  pelearon y pelearon hasta que Akil empezó a debilitarse, Kabul aprovechó el momento preciso para ganarle, cuando de repente salió una luz del cielo y calló un rayo que impactó a Kabul el golpe fue tan fuerte que lo expulsó del reino y desde ese día Akil le dio gracias a Dios, recuperó todo lo que había perdido, Egipto cambió, era alegre y feliz Akil prometió seguir a Dios   y reinar por mucho tiempo.

AUTOR: IVÁN MANUEL OROZCO MINDIOLA – I. E RICARDO GONZÁLEZ

Periodista: