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El fanatismo religioso

El fanatismo religioso es muy grave, prácticamente es colocarse la soga al cuello, el fanático no sirve ni para bueno ni para malo; no puede ser malo porque es religioso y no puede ser bueno porque su fanatismo lo siega.

¿Cómo reconocer a un fanático religioso de cualquier credo? 1- hablan bonito y bien, todo con base en la biblia, pero en cualquier detalle se les filtra la concreta convicción, concreta de concreto del grueso, de que si tú no estás en la religión que el profesa no serás salvo. Dice la Biblia en el Apocalipsis, los 144 mil escogidos: “Después de esto miré he aquí una gran multitud la cual nadie podía contar”, estos son los que han salido de la gran tribulación. Diciendo: “la salvación pertenece a nuestro Dios”. 2- el fanático se siente una potestad para juzgar a otras religiones y a sus feligreses según ellos van en picada hacia el infierno, esto es ingenuo, en todas las religiones hay gente buena y mala, las religiones no salvan a nadie, además el poder de Dios se salta todas la reglas, un ejemplo, Saulo mataba cristianos y terminó siendo cristiano. 3- se sienten superiores a todo el que no esté en su religión; eso es soberbia.

Que sorpresa, el músico más importante de los mensajes cristianos Jesús Adrián Romero, por cierto, dice lo siguiente:
Los militantes fanáticos: “Desafortunadamente en Latinoamérica se han conjugado varios factores socioeconómicos culturales y han creado una fuerza de gravedad que esta jalonando la iglesia hacia formas de radicalismo que no es ni coherente ni bíblico. Es vergonzoso leer algunas de las cosas que comentan los cristianos. Por ejemplo hace unos días subí una foto de un toca disco que mi mujer me regaló, la foto también incluía un disco de Agustín Lara y muchos hicieron los típicos comentarios cáusticos mandando al infierno aquellos que escuchamos música “secular”.

Tomé tan solo este ejemplo del poeta de Dios, si analizamos matar cristianos jamás se puede comparar con escuchar un buen vallenato de Wilfrán Castillo o de Nacho Urbina, más sin embargo al fanático le queda fácil mandar al infierno a ambas cosas por igual. Dios es quien mira en el corazón de las personas; la música es como el dinero, no es ni bueno ni malo, depende del uso que se le dé. Jesús Adrián Romero ha atraído miles de personas a su iglesia pero al parecer ya no puede comerse un plato de comida tranquilo porque los jueces de conciencia lo martirizan, ojala en otras religiones hagan lo mismo y denuncien el fanatismo. Lo más grave del fanático es que no se ve así mismo tal como es.

Rosendo Romero Ospino: