La esencia del vallenato nunca se perderá si le hacemos un manejo adecuado, acorde con el estilo, aún si la interpretación la hacemos bajo otros parámetros musicales con la combinación de los instrumentos que, para cada caso se deban utilizar en forma específica.
Podemos valernos de ritmos como el bolero, la ranchera, el vals, el pasillo, tangos, milongas, rock o jack como en este último caso lo ha hecho el fabuloso Ivan Villazón, quien acaba de grabar algunos temas, entre ellos ‘Toño Andrade’, de Luis Enrique Martínez, ‘La despedida’ de Rafael Escalona, ‘La cabeza de Pavajeau’, de Alfonso Cotes Maya, que con la insinuación de una música impresionante de otros países cautiva casi que de inmediato a los amantes de la música y en especial aquellos seguidores de la buena música de esta región, del vallenato auténtico, entre los cuales me cuento.
Los mejores intérpretes de la música vallenata son aquellos que aprendieron a manejar o el instrumento musical o el canto, bajo los tonos de los sentimientos, saboreando cada instante de una vida de parrandas, en especial de otros tiempos.
Para ser un buen cantante nunca ha sido necesario valerse de una buena o excelente voz para transmitir e imbuir dentro del corazón de la gente las emociones de las melodías del verso sentido y de la música diciente, solo basta con utilizar como medio natural los sentimientos expresivos bien coordinados con las pasiones líricas, frutos de las almas románticas que son innatas en los grandes cantantes de la provincia del Valledupar de antes.
De las parrandas, este amigo, aprendió que el canto se maneja como un sentimiento y no como una diversión de competencia, pero si, bajo la simple potestad de hacerlo bien sin dejar de retransmitir sus virtudes y su esencia costumbrista.
Solo el buen intérprete es capaz de volcar las opiniones sobre una melodía en una sola dirección, y solo si utiliza la cadencia de los tonos, bajo la armonía de los sentimientos sin necesidad de inspirarse en la relevancia de su voz, que a sabiendas de que es buena, aprovecha más de sus emociones para hacer sentir la pasión por el canto.
La verdadera esencia de la música con su mensaje, consiste principalmente en que con su interpretación se pueda conectar a la gente y eso ha hecho con estas nuevas versiones, nuestro fabuloso Iván Villazón quien seguirá teniendo muchos éxitos con sus creatividades.
Un buen cantante es como un buen futbolista que, aunque no haga goles, transmite emociones con cada una de sus actitudes bajo la elegancia de la habilidad en el manejo de sus actuaciones.