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El espejo hindú

Liscel Quiroga

Hace mucho tiempo, en una aldea del oriente de India vivía un campesino apasionado por los cultivos que le ofrecían sus tierras, en cada periodo de recolecta bajaba al pueblo más cercano con el fin de vender sus productos.

Para este tiempo la cosecha de arroz ya estaba lista, en la que él y su esposa habían estado trabajando con tanto esmero. Su mujer le pidió que, aprovechando el viaje, no se olvidase de traerle un peine. El hombre llegó a la ciudad y una vez allí vendió la cosecha. Tras hacerlo, se encontró y reunió con varios compañeros y se pusieron a beber y a celebrar lo conseguido. Después de ello, y aún un poco desorientado, el campesino recordó que su esposa le había pedido que le llevara algo. Sin embargo el campesino por más esfuerzo que hizo no recordaba que era, con lo que acudió a una tienda y compró el producto que más le llamó la atención. Se trataba de un espejo, con el cual regresó a su hogar. Tras dárselo a su esposa, se marchó de nuevo a trabajar en el campo.

Confundida, la joven esposa se miró en el espejo, y repentinamente empezó a llorar, no comprendía porque su esposo le llevo un espejo en vez de un peine. La madre de esta le preguntó el porqué de tal reacción, a lo que su hija en medio del llanto le pasó el espejo y le respondió que la causa de sus lágrimas era que su marido había traído consigo otra mujer, joven y hermosa. Es así, como la madre de esta también se miró detenidamente en el espejo, y tras hacerlo le respondió a su hija que no tenía de qué preocuparse, dado que se trataba de una mujer vieja.

AUTORA: LISCEL QUIROGA OLIVELLA – I. E. NUESTRA SEÑORA DE FÁTIMA

Periodista: