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El esfuerzo vale la pena cuando de servir se trata

Todo esfuerzo siempre valdrá la pena. Todo sacrificio traerá su recompensa final.

En la carrera de la vida cuando se hace uso y alianza con la ética y el profesionalismo, los obstáculos, dificultades y contratiempos serán los aliados permanentes en el camino, pero la perseverancia y la suma de los valores humanos positivos para los espíritus formados dentro de hogares sanos y dentro de las creencias y costumbres de la gente de principios morales innatos, nada es difícil para vencer y andar los caminos y sostenerse en su recorrido hasta alcanzar las metas propuestas, que en la gente inquieta y sensible socialmente nunca terminan pues siempre asoma algo nuevo que pretender en busca de un mundo mejor.

No se termina de realizar una meta, cuando aparece una más u otras, frutos de la necesidad de una vida mejor para sí mismo como para los con los demás y en especial para nuestro entorno.

Tengo a muchos amigos y amigas que cada día les sacan provecho a sus costumbres espirituales y en especial a su intelecto a los que, no solo les interesa saber más, sino conocer a fondo lo que ya manejan y complementar con temas del conocimiento que alguna vez les ha causado curiosidad y deseos para lograr una formación más integral.

Ayer nada más veía cómo la sencilla Paola Porto Felizzola, hija de una familia excepcional, fonoaudióloga de profesión y ejercicio, hoy logra otro alcance profesional al obtener un nuevo título profesional en Derecho y Ciencias Sociales con los mejores atributos estudiantiles, debatiéndose como siempre entre las mejores y los mejores de los amantes del estudio y de las ciencias. 

Que interesante se ha vuelto la clase estudiantil en el medio de las familias y amigos que he tenido el privilegio de ver crecer, sentir y tener a nuestro lado como defensa permanente de lo que admiro; cómo vale el esfuerzo visto cómo una necesidad social y de defensa comunitaria y miren que repetitivo se está volviendo nuestro medio en este aspecto que no termino de escribir estas notas en honor a Paola, cuando estoy recibiendo la nueva información de otro joven de mi provincia José Jorge Maya Gómez , quien con mucha satisfacción, orgullo y grandes sacrificios, termina su carrera en Medicina en la Universidad Nacional cómo lo hizo otrora, su abuelo, el Dr. Leonardo Maya Brugés, orgullo de Valledupar.

José Jorge, muy sobresaliente, igual que el abuelo Leonardo con tesis de grado laureada, y siempre primer puesto en sus cursos, quien en entrevista personal se refirió a la tesis de grado del abuelo y su hoja de vida, y eso le valió en forma coherente con sus conocimientos, para un puntaje de admisión inmediata en su especialización. Qué gran honor el que nos hacen tanto a las familias vallenatas como a toda esta hermosa y preocupada provincia del Cesar; estudiantes de esta talla, fuerte ejemplo para las generaciones presentes y por venir, son los que necesitamos para poder levantar la cabeza con orgullo y con honor “aquí y en el mundo entero”, como dice Leandro Díaz en una de sus sentidas composiciones.

Como estos, a quienes hago mención en este escrito, cada día y en el anonimato, aparecen en cada punto de estas tierras estudiantes y profesionales dignos de los mejores elogios, revestidos de grandezas absolutas, frutos de los esfuerzos, muchos generados por la pobreza como otros por la sensibilidad social, guiados todos por la dignidad de los hogares con principios básicos profundos, que es lo único que nos permite mejorar y servir con criterio humanitario a un mundo en decadencia moral entre sus juventudes por la desatención en su educación informal, que nace y crece como debe ser, solo donde hay valores. 

Por eso siempre soy de los que piensa que, el esfuerzo con sacrificios permanentes lleva a los inquietos por el camino de los triunfos inesperados.

Por: Fausto Cotes N.

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