En el marco de la Semana Santa, el artista vallenato Sergetto lidera una exposición con obras representativas de la época que celebra el catolicismo.
Comenzó con un conversatorio, en el que participaron el sacerdote Luis Fragozo, el restaurador Yoni Vega y el escritor Carlos Liñán Pitre, el cual fue realizado el fin de semana en el centro comercial Mayales, donde además expuso sus obras.
La exposición llamada ‘Rostros de la Misericordia’ estará visitando durante la Semana Santa el centro histórico de Valledupar, específicamente en la Catedral de Nuestra Señora del Rosario, donde los feligreses pueden admirar la obra del artista vallenato.
Sergetto es uno de los jóvenes artistas con proyección en Valledupar. La exposición está inspirada en el arte sagrado y la componen trece piezas que reflejan el misterio de Dios que se hace hombre y capacita al hombre para expresar el misterio que se revela en lenguaje meramente humano.
“Exponer arte sacro en una ciudad como Valledupar es como lanzarse al vacío, pero después de escuchar a un gran amigo que me concientizó de que mis obras no podían quedarse encerradas en el cuarto de san Alejo, entonces me animé”, explica Sergetto, venciendo su timidez.
“A veces me siento como una sombra. He recibido cero apoyo de los líderes y gobernantes que solo son capaces de valorar la música vallenata”, dijo a manera de reflexión sobre el poco apoyo que reciben los artistas vallenatos de parte de las autoridades.
Durante el conversatorio, el escritor Carlos Liñán explicó que “el arte surge en el paleolítico superior como una manifestación espiritual y religiosa del homo sapiens, es decir, arte y religión se desarrollaron juntas. Así lo concibieron los primeros cristianos, aquellos que se reunían en las catacumbas perseguidos por el imperio romano. Ya durante la Edad Media, el arte se convirtió en una herramienta pedagógica, una manera de enseñar los misterios de la fe a los creyentes. Posteriormente, durante el Renacimiento el arte sacro es la expresión de la Belleza, así con mayúscula”.
Por otra parte, Yoni Vega aclaró que el arte sacro no es solo pintura sino también la arquitectura, la escultura, los vasos sagrados y todo aquello utilizado en la liturgia. “Valledupar tuvo una riqueza artística considerable. Lastimosamente de eso nos queda muy poco: las imágenes del Ecce Homo y la Virgen del Rosario, los retablos de la Iglesia de La Concepción y el campanario solitario del antiguo convento de Santo Domingo”.