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El encantador y el zorro

Por el título de la columna se puede pensar que se trata de comentar un cuento o una fábula de esas contadas por Rafael Pombo y narradas con personajes nobles, sinceros y amorosos, pero temo decirles a los lectores que no se trata de ello, más bien de recrear una realidad viviente protagonizada por algunos personajes políticos de la vida nacional, deshonestos, mentirosos y algo de fascistas.

Después que todos criticábamos la frialdad de las campañas políticas rumbo a la presidencia de la Republica, para sorpresa de todos los electores, estas se han subido de tono y de qué manera.

Bastaron los escándalos sobre los presuntos dineros del narcotráfico en la anterior campaña del hoy presidente candidato Juan Manuel y la captura del hacker Andrés Sepúlveda, presuntivamente vinculado al equipo de trabajo del candidato del Centro Democrático, Oscar Iván Zuluaga. Pero todo parece indicar, que la confrontación sobre las propuestas y los programas de gobierno que era lo que la gente esperaba, quedaron aplazadas hasta otra ocasión.

De todos estos acontecimientos por demás inmorales y bochornosos para el país, ha quedado al descubierto una vez más las habilidades paisas y maniobras políticas del ex presidente Álvaro Uribe, quien ha resultado ser un verdadero encantador de electores sobre una población ingenua e incauta que aún siguen creyendo en el discurso mediático y guerrero de Uribe Vélez y en las urnas se le ha hecho creer que es el mesías y el sagrado corazón que necesita este país; lo que le exaltó incluso su ego y fue capaz de diseñar el logo -simbol de su partido con su propia imagen; olvidando que en su gobierno se presentaron escándalos de grandes magnitudes y de trascendencia mundial, como los falsos positivos entre 2002 y 2008, las famosas chuzadas en el 2009, el despilfarro de agroingreso seguro y todas sus implicaciones, las falsas desmovilizaciones, la zonas franca de sus hijos Tomas y Jerónimo en Mosquera Cundinamarca, el supuesto carrusel de contratación con William Vélez y la reelección fraudulenta para mantener la Presidencia de la Republica que llevo a la cárcel a Yidis Medina y a Tedolindo Avendaño, echando mano a las Notarías Publicas, todo con la complicidad de un Congreso mafioso, condenado en buena parte por para-política.

Esta es la historia que se esconde detrás del mentor y asesor principal de Oscar Iván Zuluaga, quien hoy es un candidato con posibilidades de llegar a la Presidencia de la Republica según lo revelan las últimas encuestas dadas a conocer.

Ahora no en vano, la campaña de Oscar Iván, se distingue con la letra “Z”, tratando de recrear en la gente el simbol del emblemático héroe popular, enmascarado y justiciero el “Zorro”, un personaje cuya principal cualidad es su astucia y valentía, o tal vez trasmitir el espíritu guerreo de uno de los personajes más famosos del mundo anime “DragonBall Z” superpoderoso y proveniente de una raza guerrera.

A decir verdad, ese es Zuluaga un enmascarado que se cree con superpoderes y la suficiente astucia para engañar al país. Ahora de ser elegido Oscar Iván, los Colombianos no esperemos cosa distinta que un presidente gobernado por las pasiones y caprichos de Uribe Vélez y enemigo rotundo de la Paz ¿acaso esta es la surte que nos merecemos?

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Carlos Guillermo Ramirez: