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El elefante Odebrecht

El presidente Santos dijo en una entrevista al periódico El Tiempo: “el daño ya está hecho”, refiriéndose a la financiación de su campaña por parte de Odebrecht para las elecciones del 2014, que ha destapado el exquesero, perdón, el exsenador Otto Bula. Preocupa la expresión del presidente, hace pensar que ya la investigación, al pasarla al Consejo Nacional Electoral, hubiese terminado, dejando de lado que todo un país está exigiendo el desenlace del escándalo de corrupción más grande que se haya presentado en Latinoamérica. Involucra a miembros de varios gobiernos; incluido el de Santos, a pesar de su insistencia “En mi gobierno no hay corrupción” y además a la campaña de Oscar Iván Zuluaga, también permeada por esos dineros, por eso no tienen autoridad para criticar ni atacar a nadie, al igual que el Uribismo.

Según Bula, fue el presidente de Odebrecht Colombia, de apellido Bartorelli, quien lo relacionó con Andrés Giraldo, amigo y enlace del gerente de la campaña de Santos, Roberto Soto Prieto, perdón Roberto Prieto, (Soto Prieto era un bandido de los 80, también de cuello blanco) para que le entregara el dinero en dos contados; Giraldo reconoce que fue a la primera cita, de la segunda no se acuerda, tan raro, pero vamos a creerle; Bula asegura que Prieto entraba y el salía como en las películas de Misión Imposible, pero Prieto tampoco se acuerda, aunque después dijo que sí, que de pronto.

Giraldo sostiene que no le dieron ni $10.000, Bula dice que fue un millón de dólares en dos maletas. Giraldo quiere someterse a detector de mentiras porque sabe que eso no sirve de prueba judicial, en fin.

Es evidente que Giraldo y Prieto en sus salidas a los medios, han entrado en contradicciones, mientras Bula se nota más seguro y sigue con el ventilador prendido, lo que deja en el ambiente son más interrogantes, ¿cuándo exactamente ingresó la plata? ¿Quién la repartió, si la repartieron? ¿Sería para afrontar la segunda vuelta porque veían la presidencia en peligro? ¿Qué tiene que ver la adicción de la ruta del sol en todo esto? ¿Cuáles son los funcionarios del alto gobierno involucrados? ¿Cuáles son los congresistas? ¿Por qué en Córdoba se movió tanto dinero para la segunda vuelta y qué tiene que ver Ñoño Elías, amigo de Bula? ¿Qué paso en el Atlántico, por qué apareció esa votación en favor de Santos en segunda vuelta, qué dice Jose David Name?

Este episodio deja muy mal parado al presidente Santos que insiste en que “el daño ya está hecho”, claro que está hecho, desde que decidieron aceptar la reunión con Bula.

Lo que si queda claro es que por fin en este circo que se llama Colombia, después de muchos años se le encontró nombre al elefante del proceso 8000, se llama Odebrecht y sigue presentando su acto, con las mismas prácticas, dinero en maletines, citas clandestinas, sobornos y desmemoriados. Esperemos que esta función no termine como aquella estelar que presentó Heine Mogollón, sin resultados. Lo peor es que continuamos con los mismos involucrado en la política colombiana: Ernesto Samper, Juan Fernando Cristo, Horacio Serpa, posando de adalides de la moral con sus manos manchadas de narcotráfico y sangre. Le toca al Fiscal General ponerse doble tapabocas y llegar al fondo, por más podrido que esté, “caiga quien caiga”, como dijo el leal vicepresidente Vargas Lleras.

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