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El efecto Klarens

Hay noticias que pasan desapercibidas a pesar que su impacto estremece a la sociedad desde sus cimientos; en medio de la obnubilación en la que vivimos gracias a las redes sociales y a los titulares por los escándalos que protagonizan la farándula criolla, varias empresas de la ciudad agonizan amenazando una crisis social sin precedentes.  

Si a Medellín o a Pereira se le quiebra una empresa de más de 500 empleados se generaría una solidaridad institucional y social que buscaría los medios para no solo apoyarla sino protegerla.

Casos como los de Federaltex  o Coolesar solo por mencionar dos ejemplos locales, la salida de marcas importantes como tiendas Éxito en varios puntos, Burger King de la novena y ni hablar de las dificultades que atraviesa Unicentro, deberían ser detonantes para prender las alarmas.

Esta vez el turno fue para una empresa láctea muy querida por los vallenatos, sus productos llegaron no solo a las tiendas de la costa sino a los supermercados de la capital del país consolidándose como una marca muy fuerte que le generó una expansión importante en la región, me refiero a Lácteos del Cesar y su marca Klarens, una empresa que desde finales de los 80s y la década de los 90s se metió en el corazón de las familias con estrategias creativas como su muy recordado “Rancho Klarens”, sitio obligado como plan de fin de semana.

Lácteos del Cesar tenía cifras que denotaban fuerza y presencia en la región, hace menos de un año contaba con más de 560 empleados directos, procesaba alrededor de 100 mil litros de leche diarios, más de 1.000 empleos indirectos, entre 250 y 280 proveedores directos de leche fresca y más de 15 rutas de distribución local y nacional, que con una simple operación de aritmética se puede calcular el impacto que una empresa de esta magnitud representa para el Producto Interno Bruto local y el empuje económico y social para la ciudad.

Pero toda decisión tiene consecuencias, la contratación de su antiguo gerente Hernán Yunis, quien llegó con bombos y platillos a la empresa apostándole a estrategias bastante cuestionables desde la óptica gerencial, terminaron hundiéndola en la peor crisis económica y financiera que la tiene hoy en ley de insolvencia. 

El caso da para hacer un compendio académico para los estudiantes de administración de todo lo que se puede hacer mal para quebrar una empresa.

Partiendo de que su principal fuente de caja estaba sustentada en el canal tienda a tienda y para el caso de Klarens la proporción era de 80% venta de contado y 20% canal institucional (datos aproximados), la gerencia apuesta por voltear esta ecuación sumado a una agresiva campaña de crecimiento arriesgado. 

Por un lado, le da un golpe a la caja al abrir un canal institucional que generalmente paga a más de 90 días (Justo y Bueno y el PAE) y la apertura de nuevos distritos de venta que nunca despegaron a pesar de la enorme inversión en infraestructura.

Pero no contento con esto y a sabiendas de que la empresa Ciledco estaba en dificultades, siguió despachándoles leche hasta completar una cartera riesgosa, con un resultado previsible, pues la suerte no fue nada favorable para Ciledco que se declaró ilíquida con una cartera irrecuperable. 

A la hecatombe se sumó la caída de las tiendas Justo y Bueno, el no pago oportuno del programa PAE, y ya con la caja maltrecha se empezó a incumplir a los proveedores de la materia prima principal y de insumos básicos para producir, esto por supuesto los llevó a un círculo vicioso que terminó por asfixiar a la empresa y al no poder conseguir recursos en el mercado financiero se armó la tormenta perfecta para irse a pique.

¿Por qué sostener a un gerente que toma este tipo de decisiones? ¿Cómo se recuperan los más de 100 empleos directos que dejó esta crisis y los ingresos vía impuestos al fisco? Las respuestas serán la principal fuente de aprendizaje hacia el futuro, pero quizás la más importante es que como dijo Joan Antoni Melé “…tengan cuidado con esos que dicen que vienen de Harvard, porque son los que cometen más harvaridades”.

Categories: Columnista
Tags: Klarens
Eloy Gutiérrez Anaya: