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El dilema de los desertores

Cúcuta, Riohacha y Valledupar son las ciudades de la frontera colombo-venezolana a las que más llegan exmiembros de la fuerza pública bolivariana, en condición de refugiados al no estar de acuerdo con el actual gobierno, no aceptar a Nicolás Maduro como su máximo comandante.

Son más de 1.500 los militares y policías refugiados en Colombia, donde el presidente Duque y el gobierno interino de Juan Guaidó hicieron un convenio para brindarles beneficios de trabajo y asistencia social, pero muchos de ellos no están conformes con las ayudas para que permanecer en territorio colombiano.

Las ayudas temporales consisten en subsidios arriendo, educación y un permiso especial de trabajo de dos años, pero los militares y policías tendrían que cambiar su estatus de refugiados para convertirse en migrantes. En ese sentido, la mayoría aclara que desertó ante el llamado de Juan Guaidó para tomar posesión en Venezuela, no para quedarse viviendo en Colombia. 

Los exmiembros de las fuerzas armadas son conscientes de que para los colombianos es difícil conseguir trabajo y para ellos, en condición de migrantes venezolanos, lo será más. Ellos quieren restitución de su patria, seguir preservando el orden y sirviendo a sus compatriotas.

No obstante, la oferta del gobierno colombiano es generosa y tiene en un verdadero dilema a los militares y policías, quienes esperaban acompañar en un corto plazo la toma de posesión por parte de Juan Guaidó. La tarea de la oposición no ha sido fácil, el cerco diplomático contra el gobierno de Maduro se cierra cada día más, pero no ha hecho la suficiente presión para que inicie la tan esperada transición.

La Operación Libertad se ha visto frustrada, la fuerza pública que se ha mantenido leal de Maduro ha reprimido las manifestaciones masivas. Sin embargo, el delegado de Estados Unidos para el hemisferio occidental, Mauricio Claver, afirmó que Nicolás Maduro duerme en un bunker desde el inicio de la Operación Libertad y no está tranquilo ante el amenazador inició de cambio de gobierno.

“Lo que está claro es que no existen maduristas, si existieran maduristas Maduro no estuviera rodeado de cubanos o de rusos para su seguridad personal”, dijo el delegado de Trump, en días pasados en Bogotá, durante el foro Concordia Américas.

En ese sentido, reiteramos que no compartimos la opción de una intervención militar estadounidense en Venezuela, pero esa posibilidad está muy latente sobre la mesa y cada día toma más fuerza pese al respaldo de Rusia, China y otros países a Nicolás Maduro.

Entre tanto, los desertores que llegaron a Colombia insisten en que están a la expectativa para ayudar a la posesión del gobierno interino de Guaidó, pero esperamos que esa transición solo se dé a través de la vía democrática. La voz del pueblo es la voz de Dios.

Categories: Editorial
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