En bandada le han caído los uribistas al presidente Iván Duque Márquez por la designación de Víctor Saavedra, como viceministro de Vivienda, Ciudad y Territorio. Una de las primeras reacciones fue de la senadora de Centro Democrático María del Rosario Guerra, quien a través de Twitter le dijo al ministro de Vivienda, Jonathan Malagón, que era un desatino el nombramiento del exviceministro de Educación, “responsable de cartillas de ideología de género lideradas por Gina Parody y rechazadas por las familias colombianas”, y afirmó que una buena hoja de vida no basta si no se comparten principios en temas trascendentales.
En este contexto conoceremos el temple del nuevo presidente de Colombia, si reversa una designación de su ministro Malagón o si la mantiene para darle sentido a su discurso de posesión: “Hoy llega a la Presidencia de Colombia una nueva generación, motivada por el servicio y no por el ejercicio vanidoso del poder, comprometida con el futuro y sin anclas en prejuicios del pasado, inspirada en la justicia social y en la seguridad como el cimiento de nuestras libertades, y dedicada a promover el entendimiento, el trabajo en equipo y la construcción de consensos. Es una generación llamada a gobernar libre de odios, de revanchas, de mezquindades…”.
Recordemos que la sola designación de Malagón pudo haber generado incomodidades entre los curtidos militantes de Centro Democrático y otros partidos aliados del uribismo, pues este economista de apenas 33 años, pero con amplia preparación en la academia y en el sector financiero, llegó al cargo por mérito propio.
De no sucumbir ante el ataque mediático de Centro Democrático, a Saavedra, con pasado santista, solo le queda demostrar que se le puede servir a la patria sin amarres políticos.
Aunque entendemos la molestia de los uribistas no la compartimos. Vemos con buenos ojos que el gabinete del nuevo Gobierno tenga una cuota de funcionarios jóvenes y bien preparados, con más compromiso para servir que de rendir cuentas a sus caciques políticos. Indudablemente este país requiere de procesos nuevos en el sistema de Gobierno para obtener nuevos resultados. Esperemos a ver qué pasa.
Para finalizar, consideramos que si se gobernara con más preparación que con padrinazgos políticos este país no estaría tan enlodado por la corrupción. Invitamos a Duque a gobernar sin ataduras, a sabiendas de lo que esto representa, pues ya la oposición ha comenzado desde su propio partido.