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El diablo acecha

Si nos unimos, superaremos las crisis y mejoraremos nuestra historia. 

“Solo la unión hace la fuerza”. Cuando se quiere luchar contra un sistema, una posición o un hecho adverso a los intereses generales, si lo haces solo, por mucho poder racional y económico, o político, o social que tengas, demorarás más de lo debido, pero si lo haces acompañado, no solo llegarás más allá y nunca estarás cansado, pues perder las fuerzas cuando ya se ha recorrido el camino es grave y se puede correr la suerte de volver hacia atrás y perder todo lo logrado.

Donde van más de dos siempre irán conversando y el diálogo nos lleva a acuerdos muy especiales y sensatos si metemos en el medio, con sentido común, al bien común.

Cuando se quiere derrotar a un contendor siempre se necesita del concurso del asesor, del compañero para las batallas, del equipo solidario con ideas sabias y desapasionadas en todos los matices. 

El equilibrio racional y los fines perseguidos de común acuerdo serán los elementos que nos lleven a la victoria sin mayores contratiempos.

En todas las actividades de la vida y en especial la política, que en el momento empieza a dominar este ambiente con las elecciones presidenciales, sería bueno dejar a un lado el interés particular de los partidos políticos y cambiarlos por el interés general, que está enmarcado por la sana democracia con banderas de paz y tranquilidad, para dar vía a las soluciones económicas que ayuden a la estabilización del país para fortalecer el trabajo, calmar las necesidades básicas, realimentar la educación y lograr una salud de soluciones a los principales males.

La ambición degenera los principios cuando salen a relucir candidatos que solo crean aversión y recelos por la vida pública llevada bajo los cánones de lo indebido; pero parece que esta es la orientación que opera en algunos partidos y movimientos, que solo y siempre han pensado en sus propios intereses.

Lo único que están logrando es abrir el camino fácil a los verdaderos depredadores de la política actual, predicada y practicada en nuestro país.

¿Será que no hay líderes en este país? ¡Sí los hay! Busquemoslos en cada partido, o grupo político, o sector social con principios sanos.

Ya está bueno de tanto odio, de tanto resentimiento, de tanta mentira, de tanta falacia, pues la miseria azota por todas partes y nosotros todavía pensando en los partidos, movimientos tradicionales y otros, sin ideas ni sentido ético de lo que son y para qué sirven estos, cuando algunos pocos de sus militantes solo han hecho destrozos con sus actitudes.

Dentro de muchos de estos partidos hay excelentes candidatos y verdaderos demócratas, sin resentimientos sociales, políticos y económicos, cuya norma es el bienestar social.  ¡De que los hay los hay!

Los regímenes adversos a la vida de desarrollo y progreso se montarán en el poder con una facilidad única si hacemos caso omiso a la razón política de los pueblos, que solo se encuentra en los actos honestos y estos serán las premisas para los buenos gobiernos.

¡Ojo, que hay muchos diablos de candidatos y el diablo acecha por todas partes! Ojo con los falsos líderes, los cuales se aprovechan de las necesidades de los pueblos para mantenerlos en la miseria y así nunca puedan dar rienda suelta a las buenas ideas, entre ellas la verdadera democracia.  

Empecemos a castigar a los candidatos que solo han traído problemas a la vida de los pueblos, ya necesitamos de serias soluciones y por siempre. 

Así lograremos que se vayan en manadas al reino de la indiferencia, que es lo más humillante que puede recibir el ser humano.

Recordemos que el poder más grande que tiene un pueblo, una sociedad o persona es el poder de elegir. Utilicemos bien este poder ya que estamos pasando momentos fuertes de crisis moral.

“Los confines más oscuros del infierno están reservados para aquellos que eligen mantenerse neutrales en los tiempos de crisis moral”: Dante Alighieri.  

Por Fausto Cotes 

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