X

El día que Emiliano conoció a Carmen Díaz

Por Aquilino Cotes Zuleta

Hoy cumple 8 años de fallecido uno de los músicos más vernáculos de la música vallenata: el mítico acordeonero y compositor Emiliano Zuleta Baquero (11 enero 1912 – 30 octubre 2005).  

De él, sus hijos y nietos se articulan muchos mitos en torno al folclor vallenato. Seguramente años antes de que le “robara” el acordeón a su tío Francisco Salas para aprenderlo a tocar, ya el también proverbial acordeonero Chico Bolaño (1902 – 1962) parrandeaba en cumbiambas y colitas (bailes tradicionales de la época).

Indudablemente, “El Viejo” Emiliano hoy es recordado como una de las más grandes dimensiones del folclor vallenato. “Poncho” lo dice de manera muy literal: “Mi papá fue un hombre inteligente sin culpa”, para endilgarle tributo de grandeza a su progenitor, el trabajador  de la finca La Sierra Montaña.

Hay testimonios musicales y escritos incuestionables de la grandeza y del carisma que poseía “El Viejo” Mile. Cultivó muchos amigos por los pueblos del Cesar y La Guajira, especialmente entre El Plan, Manaure, Villanueva y Valledupar. 

Los recuerdos de “El Viejo” Emiliano son vástagos que  cada día se hacen más importantes. Hoy cuentodos de esos episodios de su vida, que me contó hace poco mi papá Aquilino Cotes Calderón (93 años), como homenaje póstumo al hombre que deslumbró al mundo con sus versos y sus canciones.

En Manaure (hoy Cesar) junio de 1940 (aproximadamente), “Juancho” Molina, Emiliano Zuleta Baquero y mi papá estaban parrandeando en la casa de Rosario Ramírez.

 Tarde de la noche se fueron a acostar, pero en el camino escucharon una música. Los tres parroquianos llegaron a la esquina de Nieve Mora, allí se detuvieron y Emiliano (con el acordeón debajo del brazo)  dijo: “parece que por allá están tocando una caja” y continuaron el camino hasta llegar a la casa de María de Jesús Torres, en donde había una cumbiamba (baile). 

Entraron y Emiliano dijo: “esto está bueno y le dio a Juancho Molina el acordeón. Enseguida cogió a una mujer a bailar. Era una muchacha alta, simpática, muy joven y bonita”. 

Emiliano no soltó más a su pareja y bailaba haciendo morisquetas, como era él…muy juguetón, se agachaba y bailaba, estaba muy contento. Al acabarse la tanda musical soltó la pareja y fue hasta donde el acordeonero (desconocido) y le dijo que él también sabía tocar, que le permitiera un toque.

Juancho Molina dijo: “Emiliano no se va de aquí, se ha vuelto loco tocando el acordeón, está enamorado de esa mujer”. La cumbiamba siguió hasta tarde de la madrugada y Juancho Martínez y mi papá se fueron a acostar, pero Emiliano se quedó tocando en la casa de María de Jesús, conquistando a la que meses después fuera su esposa: Carmen Díaz Daza, la mamá de los Zuleta Díaz. 

En otra noche de parranda en Manaure con Rudecindo Daza, Juancho Molina, Pompilio Cantillo, “Poncho” Cotes y mi papá, fueron a llevar a Emiliano a El Plan, en unos mulos. Rudecindo tenía un mulo brioso de nombre “Beato Claret”. Emiliano se subió al mulo; pero como era tan mamador de gallo iba molestando al animal y el mulo lo tumbó, cuando atravesaban un arroyo. Ese día sus amigos gozaron de la caída de Emiliano, pero él compuso varios versos de ese accidente. Hasta la próxima semana. tiochiro@hotmail.com @tiochiro

Categories: Columnista
Aquilino_Cotes_Zuleta: