En el Día Mundial del Agua que se celebra este 22 de marzo, debemos reflexionar sobre la situación de Valledupar y el departamento del Cesar en materia de fuentes hídricas.
A manera de información, y según aparece en muchos estudios con algún nivel de detalle, el Cesar es rico en recursos hídricos, riqueza que está constituida por numerosos ríos, quebradas, ciénagas, humedales, jagueyes, siendo los ríos más importantes el Magdalena, Cesar, Lebrija, Ariguaní, Badillo, Donachuí, Guatapurí, Manaure, María Angola, Magiriaimo y Cáchira del Espíritu Santo, entre otros de menor importancia como el Chiriaimo, Tocaimo, Tucuy y una estela de riachuelos que bañan al territorio cesarense.
En cuanto a las ciénagas, además de la Zapatosa, que es la más importante del departamento, se podrían mencionar: Cascajo, Combú, Chimichagua, Doña María, Guamalito, Mata de Palma, Morales, Panchuiche, Pital Sahaya, Saloa y Santo Domingo.
En el Cesar también son numerosas las quebradas como Norean, Buturama, Guaduas, Singararé, Mucuras, 1
Barro Blanco, Aguablanca, El Pescado, Las Burras, La Cruz, Besote, solo para mencionar algunas.
La reseña histórica de nuestras fuentes hídricas señala que el río Cesar se sitúa al sureste de la Sierra Nevada de Santa Marta y al occidente de la Serranía de Perijá. Pertenece en un 65 % al departamento del Cesar y en 35 % al departamento de La Guajira, con una extensión aproximada de 1’776.900 hectáreas, cuyo recorrido es de 280 kilometros.
En estos días es triste ver su estado a la altura de San Juan del Cesar por la temporada seca y la extracción de materiales para la construcción.
Así las cosas, se tiene entonces que los cesarenses y vallenatos -e incluso guajiros- somos ricos en agua, sin embargo, muchas de nuestras más importantes fuentes hídricas requieren de una intervención urgente por parte de las entidades comprometidas con el tema, tanto públicas como privadas. Todos hemos contribuido en el deterioro de una inmensa riqueza natural que muchos otros territorios del país y del mundo desearían tener.
En el caso de Valledupar, además del río Cesar, los casos más emblemáticos son nuestros ríos Guatapurí y Badillo, que pese al clamor de muchas de las organizaciones ambientalistas para que se tomen medidas eficientes en pro de su preservación, estos reflejan un deterioro evidente producto del abuso de las comunidades.
Por eso es bueno recordar, en esta fecha especial del Día Mundial del Agua, que nuestros afluentes necesitan urgentes programas integrales para su cuidado, que incluyan acciones tendientes a su conservación, en dicha misión es fundamental parar la tala indiscriminada de su vegetación y respetar el normal recorrido de sus respectivos cauces. También para regularlos almacenando en los inviernos para usar en el verano, como propone el Embalse de Valledupar, sobre el cual hacemos un análisis de su conveniencia y viabilidad en la edición de hoy.
EL PILÓN continuará con su dinámica de realizar y apoyar los foros, conversatorios y toda clase de eventos, como el foro de ayer del árbol – tan relacionado con el agua – que contribuyan con la protección del medio ambiente, para que esa fuente de vida nunca nos falte.