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El desafío de recoger toda la basura que produce Valledupar

“Muchachos mucha paciencia. Buen día para todos”, con esa frase termina la usual oración de la mañana de los recolectores de basura de Aseo del Norte. Al edificio operativo de la empresa empiezan a llegar desde antes de las seis de la mañana con el tradicional uniforme verde. La misma rutina de lunes a sábado.

La paciencia es una palabra clave. “Te digo que anoche (jueves) le tiraron una bolsa en la cara a uno de los trabajadores que va en el carro, a otro compañero la vez pasada le dieron con un garrote. Cualquier inconformidad la sacan con nosotros, ellos piensan que somos los culpables”, narra uno de los operarios.

Antes de las siete de la mañana ya salieron los 14 carros que recogerán la basura del sector norte de Valledupar. Cada carro lleva una tripulación: el conductor y dos recolectores que recaudan los desechos que terminan en el relleno sanitario.

Van en busca de lo que todos botan, sin embargo, comentan, a veces lo más difícil es tratar con las personas. “Hay gente que por flojera o no sé por qué, te tiran de cualquier forma la basura de un segundo piso o la sacaron tarde y te dicen de todo porque no alcanzan a sacarla”, señala Heiner Luque, quien lleva cinco años trabajando como recolector de residuos en Aseo del Norte.

Los lunes, miércoles y viernes los operarios se dirigen al norte de la ciudad. Los primeros tres días de la semana son los días de alta frecuencia, donde los usuarios sacan mayor cantidad de basura. “Esos días terminan recorrido más o menos a las cuatro de la tarde en el relleno sanitario y más o menos a las cinco los carros están de nuevo parqueados”, explicó Lizeth Alvarado, ingeniera de Aseo del Norte.

LARGAS RUTAS

Entre 14 y 17 kilómetros recorren diariamente en las rutas los operadores recogiendo la basura. El carro que va a la ruta se determina en un estudio. “Para el diseño operativo de la ruta hay que hacer un balance, teniendo en cuenta el terreno, la capacidad del móvil, las toneladas que va a recoger cada vehículo, la seguridad de los sectores, así se le da frecuencia y unos horarios”, detalló Maicol Guerra, analista de Planeación de Aseo del Norte.
Por las limitaciones de movilidad a los conjuntos residenciales ingresan autos de 20 yardas. A las vías más amplias ingresan los de 25 yardas con capacidad de 14.5 toneladas. En los días de alta frecuencia esa capacidad se queda pequeña y toca hacer dos viajes al relleno.

“Tenemos baja y alta frecuencia: en alta podrían estarse llevando 20 toneladas y en baja 13”, aseveró el analista de Planeación. En los días de alta frecuencia a las seis de la tarde salen otros catorce autos.

PUNTOS CRÍTICOS

La ventaja de las empresas, calificadas como grandes productoras de residuos, es que el material está organizado. Contrario a pequeños puntos que el desorden de la basura los convierte en puntos críticos.

La alta afluencia de viviendas convierte a Los Fundadores en uno de los sectores que más produce toneladas de basura. En otros barrios el problema es que se establecen por ejemplo mallas para sacar las basuras. Es el caso de la malla del aeropuerto Alfonso López. La falta de cultura también genera puntos críticos, los famosos botaderos a cielo abierto que deben ser atendidos por volquetas.

“Nos facilitaría el trabajo amarrando las bolsas bien, no haciendo reguero en las canastas. Esa es una lucha que tenemos con los recicladores porque muchas veces nos dejan la basura tirada y eso quita mucho tiempo”, aseveró Heiner Luque, operativo de Aseo del Norte.

Como Heiner Luque son los 96 operarios de Aseo del Norte quienes todos los días recogen lo que otros desechan bajo la responsabilidad laboral y el propósito de tener una ciudad limpia.

DEIVIS CARO DAZA/ EL PILÓN
defancaro1392@gmail.com

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