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El desafío de los colegios públicos en el Cesar

Conocidos los resultados de los mejores promedios de los colegios en el departamento del Cesar en cuanto a las Prueba Saber de los grados once, desarrollada por el Icfes, muchos análisis se desprenden sobre la situación de la educación pública en este territorio.

EL PILÓN publica en esta edición un informe especial sobre esos resultados del Icfes y allí se puede observar que en el departamento del Cesar las instituciones privadas superan a las públicas, siendo más notorias las diferencias en asignaturas como el inglés y matemáticas.

Según el informe, los 10 mejores colegios del Cesar frente a las pruebas del Icfes 2022 fueron: primero el Colegio Santa Fe(privado), segundo el Nacional Loperena(oficial) tercero la Sagrada Familia(privado), cuarto San Fernando(privado), quinto la jornada de la tarde del colegio Nacional Loperena; sexto Gimnasio del Saber(privado), séptimo Colegio Windsor(privado), octavo Colombo Inglés(privado), noveno Gimnasio del Norte(privado) y décimo el Colegio Parroquial El Carmelo(privado).

Otro dato que revela el informe, y que merece ser tenido en cuenta, es que, de los 20 mejores colegios del Cesar en las Icfes del 2022, 15 son privados y 16 están ubicados en Valledupar. Incluso, los primeros 10 están ubicados en la capital del Cesar.

Es notorio que de esos resultados del Icfes el único que saca la cara por la educación pública es el Colegio Nacional Loperena, ubicado en la zona urbana de Valledupar, que es otro factor de análisis, porque el informe deja mal parada la calidad educativa que se está impartiendo en las zonas rurales, no solo del municipio capital sino en todo el territorio cesarense.

Y lo de ahora no es casualidad, en un mismo informe de EL PILÓN sobre los resultados de las pruebas del Icfes correspondiente al año 2021, se encontró que la peor institución educativa del Cesar fue el colegio Santa Clara, ubicado en zona rural del municipio de Codazzi, el cual en este último año 2022 volvió a quedar con el último promedio, se volvió a rajar.

Se trata de un colegio indígena y he ahí una de las primeras causas del problema que deriva en un mal resultado o promedio, por simple sentido común ha de suponerse que estos estudiantes indígenas que, a duras penas manejan el idioma español, jamás estarán en capacidad de resolver lo relacionado con la asignatura de inglés, solo para mencionar ese caso específico, porque en las demás áreas del conocimiento también es evidente que van en desventaja frente a los estudiantes citadinos.

Bajo en esas condiciones, se podría concluir entonces que la población estudiantil de las zonas rurales, en especial la indígena, estaría condenada a no ganarse una de las becas que se les otorgan a los mejores promedios y, lo que es peor, a no optar por una oportunidad de ingreso a cualquier universidad pública, a sabiendas que la falta de recursos económicos es siempre la principal talanquera para ellos.

Todo ello obliga a un replanteamiento de ese tipo de pruebas para la población rural y con mayor énfasis para las comunidades indígenas, nos atrevemos a proponer que se establezca un examen diferencial, eso permitiría mayor equidad.

Pero en términos generales es grande el desafió para la comunidad educativa que pertenece a los colegios oficiales, incluidos todos los estamentos, desde el Gobierno nacional hasta el último peldaño que son los estudiantes, cuerpo docente y directivos académicos. Esa triste historia no puede seguirse repitiendo cada año.

Categories: Editorial
Redacción El Pilón: