Haré reminiscencia por la explotación de carbón, fuente de ingresos en el Cesar que data del año 1986. En 2016 la participación en la explotación minera en el PIB del departamento del Cesar, fue de alrededor del 38,3%; un porcentaje similar al del año 2006, pero más bajo que el registrado en el año 2011, cuando alcanzó niveles históricos con una participación del 46%.
En lo relacionado con el sector agropecuario asoma al 9,2%, porcentaje que ha tendido a bajar, luego de que en el año 2000 fuera del 19,7%. Entre tanto, el sector comercio mantiene desde el 2000 una participación de entre el 7% y 12%, mientras que la correspondiente a la industria manufacturera fluctúa alrededor del 4%, desde el mismo año.
Entre los años 2000 y 2016, el crecimiento promedio de la economía del Cesar fue del 5,9%, siendo el segundo departamento con mejor comportamiento, por encima del promedio nacional (4,1%) y de los demás departamentos de la Región Caribe.
En el mismo período de análisis, el PIB per cápita promedio del Cesar fue de $9,9 millones, ubicándose en el puesto 12, entre los 32 departamentos y Bogotá D.C., por debajo del PIB per cápita del país que ascendió para el mismo periodo a $11,5 millones.
Entre 2012 y 2017, el Cesar obtuvo recursos del Sistema General de Regalías por un valor de superior a los $2,4 billones, de los cuales $1,8 billones, el 76 % se destinan a inversión; cerca de $571 mil millones, el 24%, al ahorro (FAE y Fonpet) y $10.455 millones, el 0,4% al funcionamiento o fortalecimiento institucional.
Si bien la economía del Cesar ha mantenido un crecimiento económico elevado en los últimos años, superior al nacional, y un PIB per cápita que lo ubica en un rango intermedio, después de 32 años de explotación minera, el departamento tiene altos niveles de pobreza.
Para estos efectos, la entidad de la medición estadística del país mide la pobreza: 1) la Línea de Pobreza monetaria (LP) y 2) el Índice de Pobreza Multidimensional (IPM), para la primera, el DANE ha establecido que una familia cesarense (4 personas) que reciba menos de $ 1.017.000 mensuales se considera pobre. Por lo tanto, dicha línea de pobreza mide el conjunto de personas que se encuentran por debajo de ella, que para el año 2018 fue de 42.9%. En resumen, y en cifras redondas, 500.000 personas son pobres en el Cesar, mientras que 650.000 no lo son.
En el segundo caso, la condición de pobreza, analiza 15 variables agrupadas en 5 dimensiones: 1) condiciones educativas del hogar, 2) condiciones de la niñez y juventud, 3) trabajo, 4) salud, y 5) servicios públicos domiciliarios y vivienda.
Los análisis realizados por el Centro de Pensamiento, CESORE, muestran que, si bien el IPM es considerablemente menor que la incidencia en pobreza monetaria, una gran proporción de los habitantes del departamento (380.000) se considera pobres, dado que no cumplen por lo menos 5 de las 15 variables del IPM.
El nuevo gobierno departamental, tendrá en la condición socioeconómica del territorio un pesado piano sobre sus hombros, los indicadores y las estadísticas por su temeridad encienden las alarmas, señalando que no se están focalizando las inversiones o no se hacen las prioritarias.