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El denguerío

Como dice mi lotero, pero más que eso mi buen amigo Clemente Carabalí Serrat, hay que esperar los muertos del dengue para que actúen y depende del muerto, porque si es pobre que los ha habido han sido ignorados, tiene que ser un cocotudo y eso no es fácil, porque ellos gozan de todas las condiciones para salir adelante con servicios de óptima calidad y drogas muy caras. 

Clemente se refería a los enfermos del dengue que estando infectados por el mosquito bandido tienen que salir a rebuscarse para comer, muchas veces de a pie y a veces no consiguen nada y regresan cansados y tristes con el dengue haciéndoles daño, ya sea en los pulmones, hígado, vías digestivas y no sé si en el corazón hasta cuando ya no resisten más y tienen que ser llevados en muy malas condiciones a un hospital o a una clínica, donde afortunadamente son atendidos, pues tenemos uno de los mejores Sistemas de Salud, pero es verdad que las drogas que recetan son genéricas, que no actúan tan eficazmente como las que usan los ricos, de ahí la creencia errónea de que esas medicinas no curan; siempre salen sanos después de ser sometidos a transfusiones, análisis de laboratorio y cuanto estudio hay, pero no se van a descansar como debe ser para reponerse sino a trabajar, a asolearse y a mojarse para mantener a sus familias con el riesgo de una recaída, que aunque no es fatal es muy peligrosa. 

En todo caso el denguerío está propagado y las clínicas y hospitales están que colapsan con la cantidad de pacientes, que, a mi modo de ver, debería decretarse una emergencia sanitaria y enfrentar a la enfermedad y a su vector de manera radical con fumigaciones y maquinarias adecuadas y si no las hay con machetes, palas, rastrillos y picos si es necesario.

Como soy “temú”, hoy el tema es el mismo de ayer, el deplorable estado sanitario en que se encuentra la ciudad, la Sorpresa Caribe debido a la maleza y la basura que la invaden por todas partes, convirtiéndola en un inmenso y peligroso criadero de cuanto bicho raro hay, especialmente del temible zancú. Se necesita una alianza de la ciudadanía con los gobiernos departamental y municipal para constituir una Junta Cívica, tal como lo anota el doctor Jaime García Chadid, que enfrenten al zancudo o de no el dengue nos va a denguear.

Quizás, vanidosamente creo yo, ya se comenzaron a ver los primeros resultados y el bulevar del Bilingüe está limpio, al igual que las zonas verdes del barrio Las Marías y de algunas residencias o caserones abandonados de Novalito, donde sus dueños se condolieron de sus vecinos y las están limpiando, cosa parecida está sucediendo con los inmensos lotes de la zona de clínicas y hospitales, pero le aconsejo a sus dueños, porque tengo experiencia de ello, que después de limpiarlos los fumiguen con un poderoso herbicida para que su reproducción sea menos rápida; falta la Novena que está inmunda y como cosa rara Cicolac, así le llamo a la DPA, está enmalezada al igual que la abandonada Casa en el Aire y esperamos que rápidamente le metan la mano al lote de la Electrificadora para acabar con esa vergüenza que atenta contra nuestra salud.

Una pregunta ¿a quién le corresponde la construcción de los andenes? Al municipio o a los propietarios de grandes lotes como el de Oscar Guerra y otros que por falta de ellos lo han convertido en un inmenso basurero o lo pueden hacer entre los dos y también me pregunto ¿quién está en la obligación de hacer la limpieza del frente de sus casas?, creo que sea quien sea los dueños, deben de colaborar con ello, para evitar que el zancú los visite y les dé dengue.

Como soy “temú”, insisto, suplico, ruego al señor director de Tránsito que ordene instalar 2 ó 3 “policías acostaos” en la carrera octava desde su inicio hasta la calle 12, porque repito, antes que haya un muerto, pues los carros circulan por ahí a la velocidad de una bala. No tengo ningún interés particular, sino colectivo y no es la primera vez que lo hago recogiendo el clamor de los residentes que día a día ven amenazadas sus vidas ante la mirada indiferente de su Señoría.

José Manuel Aponte Martínez

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