Cuando a Jacinto le abren las puertas del cielo, es recibido por San Pedro quien le permite realizar una inducción con el objeto de enseñarle y darles a conocer las reglas de convivencia y de conducta establecidas en el reino de Dios y de paso presentarlo a todas las almas que allí habitan.
En su paseo por los extensos corredores del cielo, San Pedro iba presentando a Jacinto para que entablara amistad con sus nuevos amigos. Este, siempre inquieto, desde que vivía en la tierra, le preguntaba por personajes que se habían marchado de Valledupar hace mucho tiempo y que por supuesto él tenía rato de no verlos.
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En la medida que caminaban, Jacinto a lo lejos alcanzó a ver a una mujer vestida de gitana leyendo la mano de otro difunto, abrazándole la curiosidad para preguntar a San Pedro y aquella no es la carpa, efectivamente lo era. Pero más adelante ve a un hombre desgreñado, caminando descalzo y a toda marcha, simulando conducir un automotor y le dice: ‘Ve y ese no es el Mono Pepa de La Paz’, después ve a lo lejos a un hombre delgado, de gafas, con orejas sobresalientes, de contextura media y concluye que es ‘el Panita Baute’.
En otra esquina encontró a un grupo de amigos, hablando de música vallenata, tertuliaban alrededor de un hombre con un peinado partido hacia la derecha, botas de corredera y vestido de Liki Liki color azul claro, en dicha reunión Jacinto alcanzó a distinguir al maestro Escalona, rodeado de Jorge Oñate, Diomedes, Rafael Orozco, Carlito Espeleta y Hugues Martínez, estos últimos con destreza afinaban unas guitarras.
Llama la atención a Jacinto que por donde caminaba encontraba a habitantes del cielo caminando con medallas colgadas en el pecho, como era un hombre que no se guardaba nada, por ello le preguntó ‘quién era el hombre que cargaba esa medalla’, San Pedro de inmediato le responde: ‘Él es Wiber Wrigth el hombre que realizó el sueño de volar un aeroplano convirtiendo al avión en el medio de transporte que revolucionó al mundo’.
Seguidamente se encuentra con otro hombre que caminaba muy orondo mostrando dos medallas a lo que Jacinto pregunta y de inmediato San Pedro le responde: ‘ese es el italiano Guillermo Marconi ese fulano fue quien creó la radio, en el año de 1899 logró entablar a través de un radiotransmisor una comunicación a través del canal de la Mancha entre Inglaterra y Francia en una longitud de más de 48 km, desde allí los avances en las telecomunicaciones con el teléfono y ahora con la tecnología móvil’.
Luego vio pasar otro con tres medallas y antes de preguntarle le responde: ‘Ese es Thomas Edinson quien creo la luz eléctrica y aquel con cuatro medallas es Jhon Baird quien inventó la televisión. Aquel con cinco es Johon Pemberton quien creó la Coca-Cola y quien ves allá es Cristobal Colón quien descubrió a América.
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De pronto venía un hombre con más de 100 medallas colgadas en la nuca y le dice: ‘¿Y ese, quién es ese?’. San Pedro de inmediato le responde: ‘Ese es Adán, Jacinto’.
Un poco incrédulo le replica a San Pedro: ‘Y él qué invento? Nada menos y nada más que descubrió el fruto prohibido que tienen las mujeres y que vuelve loco a los hombres.
Por: Pedro Norberto Castro Araújo.