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El “cosiámpiro” del coronavirus

A quien esto escribe, obvio le preocupa y teme lo del Covid-19, pero lo que igual pavor ofrece es el comportamiento enloquecido de todos, a cada momento y circunstancias, tanto de las autoridades como de nosotros mismos.

Se nos viene visualizando a través de las redes sociales y por todas partes, que no debe replicarse las noticias y mensajes alarmistas, equívocos y hasta mal intencionados. Y, sin embargo, lo hacemos y, muchos en cada grupo por ejemplo de WhatsApp, lo llevan a cabo tan mecánicamente que lo repiten al interior del grupo sin importarle un comino que ya este ahí inserto. La locura.

Estamos apenas empezando el aislamiento social de mantenernos confinados en nuestros hogares y ya casi nos reventamos, unos y otros. A propósito, he propuesto que la gente repare ahora que figuradamente se encuentran privados de libertad en su domicilio, en las instituciones jurídica-penales de la detención y/o de la prisión domiciliaria para ha de ver que evidentemente es restricción efectiva de la libertad de movimiento, o sea, un cambio de sitio de reclusión pero que implica real privación de la libertad empero que la mayoría pensaba que quien estaba bajo esa forma de prisión se encontraba en completa libertad.

Observen que aun en la comodidad o no de nuestro domicilio o residencia, sin embargo, la privación de la locomoción es real y desesperante, por lo tanto, comprueba que no se trata cuando se concede de un privilegio, sino un efectivo mecanismo de cumplimiento de una detención preventiva o la ejecución de una pena. Sin embargo, la sociedad que ahora soporta en su propio pellejo un transitorio encierro, habrá de constatar que se trata de una figura útil de cara al mal llamado sistema carcelario Colombiano que no resocializa, sino desocializa y degrada la dignidad humana por los tratos crueles al interior de los patios y pabellones de los establecimientos carcelarios. Estrenamos en Colombia una nueva medida de aseguramiento la detención preventiva Covid-19.

Eso de la multiforme cantidad de comentarios, chascarrillos, memes, videos en torno del “cosianfiro” ese del Covid-19, pueden divertir, reproducirse y compartirse, pero por favor revisemos su contenido, así sea rápidamente, y no lo reenviemos mecánicamente porque esa divulgación alocada puede producir mas daño que diversión. Por ejemplo, eso del video que se populariza de una gente saqueando unas tiendas en Bogotá, como si fuera aquí en un barrio de Valledupar y sin control se reenvía, es un acto de torpeza. Crasa.

Hay que destacar y apoyar eso si al experimentado Gobernador Monsalvo y al alcalde Castro (Mello) porque han venido concibiendo formas ingeniosas como la del ultimo numero de la cedula para acudir a proveerse de comida, drogas, etc., precisamente porque evita que la gente maniática asista masiva e incontroladamente a las tiendas, droguerías y centros comerciales. Las personas en el mismo sitio se dan cuenta que eso que están haciendo, en filas desordenadas (contacto estrecho) y sin cumplimiento de los mínimos controles, no debe hacerse, no obstante, irresponsable y torpemente se hace y repite, una y otra vez. ¡Qué vaina!

Ahora, lo que debemos divulgar, sistemática y masivamente son noticias virales buenas, sin expresiones negativas “yo lo dije” y pontificando de ser los dueños de las previsiones razonables, con ínfulas de sabiondos en el manejo de un tema tan intempestivamente devastador, pienso que tanto por la magnitud de la pandemia, la forma mundial de como se expandió y los gobiernos y sus gobernantes han erráticamente manejado el peligroso virus. ¡Un mundo de locos!

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Hugo_Mendoza: