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El corsario inerme

Hace más de medio siglo se presentó muy orondo a mi casa en Villanueva el estudiante Fausto Cotes hoy famoso ingeniero y urbanizador, y lo invité a tomarnos unas frías donde Chente, y ya como con 15 volantonas encima, me dijo: “Oye este paseíto que compuse, y se jaló una bonita canción que después ya con la presencia de Chichito y Mañiño la cantó varias veces y en ese son nos metimos una buena juma.

Tiempo después vine al Valle y en una parranda en la casa de Goya, la inolvidable Goya, la mamá de mis hermanas Gladys, la Negra y Acela, con la grata compañía de Chu Daza, Hugues, el Cuinqui y Monca (el Trio Malanga) les pregunté si se sabían una canción de Fausto Cotes llamada El Pirata del Loperena y casi al unísono y sorprendido respondieron ¿de Fausto?, estás loco quien te echó esa boja, esa canción la compuso me dijo Hugues el primo Rafael Escalona y mucha gente cree que es mía, claro que nos la sabemos, ahí le va primo y la tocaron magistralmente; después ya en tres quince me contó el primo Hugues que estando en el famoso Café La Bolsa llegó Rafael (primo de él y primo mío) y en tono marcial le dijo: “Coja la guitarra que le tengo una vainita buena” y el maestro tatararió, silbó y con los dedos tocó la mesa y Hugues arrancó y así por primera vez en la bajita y melodiosa voz de su autor se oyó en La Bolsa El Pirata del Loperena, que todavía mucha gente cree entre ellos mi cuñada Malvina que es de Hugues cuando es de Rafael, que tenía la gracia de componerle canciones a sus amigos cuando andaban alborotados, tal como sucedió con mi querido padrino Poncho Cotes cuando le sacó el Gavilán Cebao, “el que dice que se lleva de las dos palomas una” cuando se arranchó en Villanueva y se llevó a Telma de la flor y nata de la sociedad tirapiedra e inolvidable comadre de Chema y Lucinda mis padres. Todavía mucha gente cree que esa canción es de mi padrino.

Bueno ayer, a los 85 bien vividos se nos fue el primo Hugues, el Pirata del Loperena, el único corsario que sin espada, arcabus, cañón y ni siquiera un garfio conquistaba el corazón de sus amigos con su prodigiosa voz y diestros dedos para tocar la guitarra, su compañera inseparable por más de 70 años, también era una fiera con las hembras y era muy difícil que no cayeran cuando las serenateaba con Jamás te olvidaré. Todo me gusta de ti y La mano de Dios y si le agregaba amémonos, como dice Acela Villazón, caían porque caían y como digo yo ¿no es cierto Mercy?

Me duele mucho la desaparición de Amanda Aroca Oñate, extraordinaria mujer, quien en mi corazón ocupada el puesto de una cuñada y por ello una tía amorosa de mis hijos. Acompañémosla hoy en sus honras fúnebres en La Paz, a las 4 de la tarde.

Por José Aponte Martínez

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