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El consumismo, enemigo del planeta

La frase de Carlos Marx en el sentido de que el capitalismo cavaría su propia sepultura, hoy toma fuerza en dimensiones catastróficas; esta fue una profesía. Ahora podemos decir que el consumismo insostenible, hará del planeta una tumba total. Estas dos realidades son correlativas, el consumismo es la piedra angular de la economía de mercados, fórum del capitalismo; para la ONU este es el mayor problema mundial, ligado al desastre medioambiental; el mundo llegó a un punto de no retorno en materia de cambio climático, si no cambia urgentemente sus patrones energéticos e industriales para reducir 1.5°C el aumento de la temperatura antes del 2030 y prevenir desastres naturales. El uso indiscriminado de insecticidas y está contaminando la salud de la naturaleza; se ha determinado que el 90% de la sal consumida contiene partículas de plástico. Pero el consumismo, que es una enfermedad, no se restringe a suplir las necesidades básicas como alimentación y vestuario; el bienestar de algunas naciones, conexo con el consumo total, las ha llevado al tedio de la vida experimentando apetencias exógenas que podrían producir nuevas satisfacciones; en esta categoría se encuentran las drogas sicoactivas con un mercado insólito de millones de dólares que recorre transversalmente toda la economía mundial, desequilibrando la naturaleza. Según Greenpeace, la desforestación para sembrar coca es la responsable de la quinta parte de las emisiones mundiales de gases efecto invernadero que inciden en el calentamiento global. En Colombia cada hora se desforestan 10 hectáreas. La relatora especial de la ONU para los pueblos indígenas, Victoria Tauli-Corpuz, pidió este jueves desde Colombia, que la comunidad internacional reconozca la importancia de la sabiduría de los pueblos ancestrales para mitigar el cambio climático. Según esta funcionaria, los indígenas ocupan el 22% de la superficie global donde está el 80% de la biodiversidad del planeta. Sin embargo, añade, estas comunidades son criminalizadas por defender sus territorios. Según la ONG Global Witness, 207 activistas ambientales de Colombia, la mitad de los cuales provienen de estas comunidades, fueron asesinados en 2017 al considerarlos antidesarrollistas. Las autoridades ambientalistas mundiales están preocupadas por el fenómeno conocido como el calentamiento global; según la Agencia Europea Press, el más reciente análisis realizado por científicos de la agencia meteorológica estadounidense (NOAA), las diez más altas temperaturas de la superficie terrestre y oceánica de septiembre se han producido desde 2003. El setiembre reciente pasado ha sido el más ardiente desde 1880. Los casquetes polares y los picos de los nevados se están derritiendo en un proceso que parece irreversible, la producción de agua será cosa del pasado. Colombia tiene la tercera reserva de agua dulce más grande del mundo, pero no es para abusar. Este gobierno y los que vienen deberán diseñar políticas de usos del agua; cultivos de alto consumo de agua, amén de su baja empleabilidad, como la palma africana deberían proscribirse. Igual puede decirse de la minería. La siembra de coca, primera causa de desforestación, debe eliminarse totalmente; hoy, hasta el parque de Chiribiquete, gran reserva natural, lo están desmontando. Alerta, ya viene el desierto.

Luis Napoleón de Armas P.

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