Era un vacano, poseedor de miles de cabezas de ganado vacuno, vacas que pastaban en sus haciendas con grandes rebaños de carneros y chivos, mulas y caballos a tutiplén, por eso, además de vacano, era un vaquero que manejaba el chambuco y montaba con destreza en largas jornadas, a veces hasta Barrancas a llevarle sus novillos a Herminio y ‘Chente’ Berardinelly para que los pasaran a Venezuela. Por eso vacano, con “v” de vacuno, de vaca.
Pero también ‘Pepe’ Castro fue un bacano, amante del dios Baco, parrandero con poco trago, buen bailador, con buena labia y cartera siempre popocha, no de papeles como la mía, pero lo que más le gustaba en esas jaranas era la mujer y ahí fue exitoso con varias de ellas y dejó una vasta prole cercana a 20 hijos, que hoy son ejemplo de virtudes y buenas maneras en la sociedad vallenata.
También fue un viajero incansable, creo que siempre tenía una maletica lista en su carro y el tanque lleno para arrancar a Sincelejo a visitar a Calixto Ochoa o puyaba para González y Río de Oro a abrazar viejos amigos, enganchaba para Riohacha a comprar donde su amiga Ana Matilde y de regreso almorzaba con chivo jecho, pues no le gustaban los bichecitos, en Papayal, donde su compadre y hermano Gustavo Mendoza. A veces fingía viajes y se encaletaba en cualquier refugio amoroso, pero María Mercedes, su esposa (que nombre tan agradable para mí), o Mary como él con mucho afecto y dulzura la llamaba, Maricuya cariñosamente para todo el mundo, tenía comprado a los guardaespaldas que le informaban todo hasta lo que había almorzado y cuando llegaba en la tarde y pedía comida echándosela de cansado y hambriento, ella le decía que si el bocachico no le había gustado, él sonreía y solamente le agregaba: estás loca.
En alguna oportunidad le pregunté cuál era su mejor amigo y como era que le gustaba más que le dijera, gobernador, alcalde, senador o señor y me dijo: amigos tengo muchos, no te los enumero para no herir, pero compañero, el mejor es este que se llama ‘El Consentido’ y me mostró un bello revolver marca Magnum 45, que me ha acompañado a todas partes y ha salvado mi vida en muchas oportunidades y en cuanto a que como me gusta que me llamen, te diré que Gobernador, porque fue la época que más mandé y más obras hice en todo el Cesar y para ello conté con el apoyo de mi amigo el Presidente Julio César Turbay Ayala. Ese era ‘Pepe’, el consentido de sus amigos, de su familia, especialmente de las mujeres y entre todas Mary como a él le gustaba decirle.
Difícil reemplazar a ‘Pepe Castro’, un reto que tienen sus hijos, nietos y sobrinos para ponerse de acuerdo y retomar el camino del poder que siempre ha sustentado la poderosa familia Castro.
Para María Mercedes, repito que grato nombre para mí, mis más sentidas condolencias, ella es la que más ha perdido, para sus hijos, hermanos Checho y Alba, nietos y biznietos, sobrinos y demás familiares les reitero mi profundo dolor por la muerte de quien fue mi buen amigo, ‘Pepe’ Castro, o el Gobernador como a él le agradaba que le dijeran.
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Alcalde, le recuerdo con mucho respeto lo del hueco de la carrera 11 con calle 12, día a día crece más, yo lo coticé y me cuesta 50.000 pesos y el Policía Acostao a la entrada de Rosas del Ateneo en la misma 11 con 9ª para evitar de pronto una tragedia inevitable.
Por José M. Aponte Martínez