El mandato de Nicolás Maduro será el comienzo del final del chavismo en Venezuela, ya que para nadie es un secreto que Chávez fue diferente, aun con el mismo sistema de gobierno. Ese cargo sin duda le quedó grande a ese señor, muy alto de estatura pero muy pequeño de cerebro.
Este último suceso negativo del cierre de las fronteras con Colombia, la deportación, la demolición de algunas viviendas de los humildes colombianos que cataloga de paramilitares, está violando claramente el Derecho Internacional Humanitario. Este desquiciado se contradice cuando habla en contra de la oligarquía y deporta a personas muy pobres y desposeídas que supuestamente son la finalidad del socialismo.
Eso no es más que una cortina de humo para tapar el desatino en su gobierno, su incoherencia alimentada por la falta de formación como mandatario, no le permiten entender el daño causado a sus vecinos y de paso a su país que aun siendo dueño de las reservas de petróleo más grandes del mundo, vive el infortunio de su mandato lleno de todo tipo de necesidades. El Estado colombiano tiene que tomar una postura fuerte después de agotar la vía diplomática que parece no dar buenos resultados.
Por otro lado en el pronunciamiento desde La Habana que hizo el secretariado de las Farc, no hay dudas que a ellos les conviene más su acercamiento con Venezuela que con su propio país donde la izquierda es minoría.
Lo que fue a hacer el señor Álvaro Uribe a esa frontera es un claro acto de proselitismo político justo en esta época prelectoral, y lo aprovechó este desadaptado para tildarlo como el más grande paramilitar de Colombia.
Esos paras desmovilizados es muy posible que gran parte haya cruzado la frontera al igual que guerrilleros refugiados en ese país, entonces la situación es muy clara, el paramilitarismo supuestamente fue creado para contrarrestar a la guerrilla, esa misma que defiende Maduro, entonces ese grupo de paras de los que tanto habla son enemigos en común de las Farc y de Maduro. Es claro que existe una gran división entre el chavismo, algunos sostienen que los que rodean al presidente tienen alimentos por demás y los que no, sufren el desabastecimiento.
Este problema del contrabando desde ese país es originado por sus propios funcionarios que son corruptos y por cualquier cantidad de dinero permiten la salida de sus productos.
De lo malo hay que sacarle lo bueno, que el Estado Colombiano entienda de una vez por todas que sin excepción los departamentos limítrofes con Venezuela históricamente han vivido de la economía de ese país, el contrabando de gasolina jamás se erradicará, la diferencia es alarmante, allá vale más lavar el vehículo que tanquearlo.
Pero con este gobernante desubicado y prepotente, con su comportamiento perdemos todos. Este señor parece que actuara por emoción y sin duda alguna tiene su problema psicológico, como es posible que después de demoler casas y liderar desplazamientos, con todos esos problemas, se ponga a bailar y precisamente una cumbia colombiana, además dejó el fogón prendido y fue de viaje como si nada. Este es el comienzo del final del chavismo.
Por Julio Rojas Buendía