La noticia del atraco a una parranda en Valledupar, en plena madrugada, fue difundida en medios nacionales debido a que llamó la atención porque los delincuentes no contentos con llevarse los objetos de valor de los invitados, también cargaron con el equipo de sonido que amenizaba la fiesta.
Luego Valledupar volvió a sorprenderse con el atraco a un puesto de comida situado en plena vía pública, donde los atracadores se robaron la olla con sopa que la dueña del negocio había puesta en venta ese día.
El asombro de la comunidad más por el atraco, era porque los delincuentes ya rayaban el límite de la desfachatez al hurtarse una olla con sopa.
Es tal la inseguridad en la capital cesarense, que en el ambiente reina el temor y la zozobra de la comunidad. Las conversaciones de los vallenatos giran en torno a la inseguridad y se podría afirmar, que uno de cada tres ciudadanos, tiene un caso para contar.
A pesar de que las autoridades municipales y los representantes de los organismos de seguridad han dado un mensaje de fortalecimiento a la seguridad, y muestran cifras que indican que los delitos han disminuido con relación al año anterior, la realidad se percibe diferente.
Según la Encuesta de Percepción Ciudadana 2012, del Programa ‘Valledupar Como Vamos’, el 60% de los vallenatos cree que las autoridades no están haciendo acciones efectivas para que el barrio sea más seguro.
El colmo de la inseguridad ocurrió el lunes de esta semana cuando en el velorio de un hombre que fue asesinado para robarle dinero, los familiares y amigos del difunto también fueron víctimas de la delincuencia desenfrenada que tiene azotada a Valledupar.
El hecho ocurrió en una funeraria de la ciudad, en pleno centro de la ciudad, a donde llegaron los atracadores y robaron varias pertenencias a los asistentes a la velación.
Esta noticia que también tuvo despliegue nacional es otro campanazo de alerta para las autoridades vallenatas. La inseguridad existe y hay que darle la cara.
Si no es suficiente con la estrategia de los cuadrantes, si es necesario reforzarlos o si hay que ayudarse con la presencia del Ejército Nacional en las calles, son cuestionamientos y análisis que deben hacerse las mismas autoridades y encontrar los mecanismos que permitan disminuir los casos de atracos a plena luz del día, de hurtos a residencias y de raponazos a diestra y siniestra.
No se deben confiar en las estadísticas, puesto que los delitos en su mayoría no son denunciados por las víctimas. Sin embargo, en las redes sociales los casos abundan.
Es tal vez el más efectivo sensor en estos momentos para conocer los sectores dónde ocurren los delitos, es el mejor medio de desahogo que tienen los vallenatos. El colmo si las autoridades no han ingresado a las redes sociales. Por ahí pueden saber qué ocurre en las calles.