X

El clamor de los arquitectos e ingenieros locales

Ha sido frecuente la queja de nuestros profesionales cuando las administraciones municipales del departamento y la Gobernación del Cesar no le dan la necesaria participación en los procesos de preinversión, de diseños y estudios,  y en la inversión,  en los procesos licitatorios de construcción e interventorías. Los profesionales se han formado en las mejores universidades y ahora también hay facultades locales de Ingeniería Civil. 

El arquitecto Jaime Palmera aseguró ayer en nuestro diario, en un interesante escrito sobre los profesionales cesarenses de la arquitectura y la ingeniería: “Si de algo se ufanan las ciudades que han progresado es de haber vinculado a su propia gente al desarrollo de sus regiones, aquí nuestra dirigencia hace lo contrario, nos traen profesionales que desconocen todo lo que es nuestro entorno vital”.

El artículo deja ver al desnudo una falencia: se invierten nuestros recursos pero se desconoce el talento humano nuestro. En  una entrevista publicada por el desaparecido diario Vanguardia, en marzo 16 de 2014, durante su primera administración, Luis Alberto Monsalvo dijo: “El Centro Cultural debe servir de impulso a nuestra cultura y al turismo. Por eso se espera seleccionar una firma de altísimo reconocimiento, capaz no solo de estructurar un muy buen proyecto en materia de infraestructura, sino que logre recrear de forma interactiva el contenido y la esencia de la juglaría vallenata”, con lo cual quiso decir que aquí no hay profesionales que le sirvieran a una obra fundamental del gobierno. 

 Ahora, en su segunda administración, adjudica la obra a una firma que no tiene vínculos ni con el Cesar ni con Valledupar. Y si se alega que la obra requería una especial capacidad,  exigente calidad y volúmenes de contratación, ello  no fue tan asertivo en la invitación a participar en la licitación.  Esperamos que la firma barranquillera  use profesionales de la región, mano de obra local e insumos y servicios locales. 

Parece, por lo denunciado, que los profesionales del Cesar no son considerados por el gobernador.  En la reciente contratación que hizo con la Universidad Nacional se ha suscitado la queja de los ingenieros locales agremiados.

Parece que esos son diseñadores predeterminados, que se escudan en la marca y el prestigio de la Universidad Nacional. 

Universidad y diseñadores que no dieron la cara para explicar los conceptos y preguntas que la ciudadanía se hizo sobre el diseño de obras como la plaza Alfonso López o La Casa en el Aire, una innovadora edificación en homenaje al gran maestro Rafael Escalona. 

Son pocos los gobernadores  y alcaldes que han dado trabajo a nuestros profesionales como Rodolfo Campo, Anibal Martínez y los gobernadores Alfonso Araujo Cotes y Hernando Molina, que, yendo más allá de la norma contractual de la época, desarrolló licitaciones participativas  que se adjudicaban en audiencias públicas. El gobierno Monsalvo debe explicarle a sus gobernados sobre la justificada queja de sus coterráneos.

Categories: Editorial
Redacción El Pilón: