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El Cesar y la situación del sector agropecuario

Con mucha expectativa se espera hoy en Valledupar, la visita del Ministro de Agricultura, Juan Camilo Restrepo Salazar y parte de su equipo, con el fin de poner en marcha la Oficina de Restitución de Tierras en este departamento. Valoramos la visita del señor Ministro para una política tan importante para el futuro del país como esa, en una zona que ha sido azotada por la violencia de todos los extremos y que afronta una seria situación en su sector rural.
Consideramos de la mayor importancia para el futuro económico y social del país,  el tema de la tierra no sólo por la importancia que tiene el tema de la restitución en si, fundamental para el futuro del conflicto y el tratamiento a las víctimas del despojo y el desplazamiento, sino también por su importancia en óptimo uso de ese recurso económico y en especial por sus características de acumulación de valor y poder, entre otras.
Hace varios meses el diario EL PILÓN, en coordinación con sus aliados en el programa Foros por el Futuro del Cesar, convocó un foro sobre el tema de la tierra en nuestro departamento, teniendo en cuenta las anteriores consideraciones y lo que representa la misma en la articulación de las políticas y en el desarrollo del sector agropecuario.
No obstante lo anterior, consideramos que la presencia del señor Ministro, amigo y  colaborador de esta casa editorial, se debe aprovechar para informarle de primera mano sobre la situación del sector agropecuario en esta zona del país.
Durante mucho tiempo se señaló a la inseguridad como la causa principal de todos los males del sector agropecuario, y se afirmaba, no sin algo de razón, que superado los problemas de violencia la crisis del sector se solucionaría de manera rápida y sin contratiempos.
No obstante, la realidad ha demostrado que el problema era mucho más complejo y tenía que ver, no sólo con el tema de la seguridad, sino con aspectos trascendentales de las políticas macroeconómicas y sectoriales, que muchas veces se han proyectado de espaldas al sector o a contrapelo del mismo.
Y es que sobre la agricultura y la ganadería influyen muchos temas, desde los impuestos, como el de renta y el predial, por ejemplo, pasando por la tasa de interés y el tema de vías y de logística de comercialización de la producción del mismo, entre otros.
El duro invierno que vivió el país en los últimos meses lo que ha hecho es resaltar, aún más, la fragilidad del sector  y  sus cuellos de botella en temas como la alimentación del ganado, la falta de vías y de infraestructura al interior de las mismas fincas, entre otros.
El Presidente Santos ha dado buenas señales en el sentido de buscar, de verdad, una recuperación de este importante sector de la economía. En primer lugar con las personas que ha designado al frente del mismo, comenzando por el señor Ministro. Y  también cuando incluyó al sector agropecuario sería una de las locomotoras, o sectores líderes de su gobierno en el Plan de Desarrollo “Prosperidad para todos”.
Pero la recuperación del sector, reiteramos, no depende solo de la voluntad del Presidente y el ministro del ramo, sino que requiere del compromiso serio de su colega de Hacienda, y de la Junta Directiva del Banco de la República, que maneja políticas claves para el sector como la tasa de interés, que depende de la política monetaria y la cotización de la tasa de cambio, que depende de la política cambiaria, también a discreción del Banco.
Somos unos convencidos de que la lucha contra la pobreza y la marginalidad, la recuperación del empleo en el sector rural, que está llamado a garantizar la seguridad alimentaria del país y a generar puestos de trabajo y millones de dólares por concepto de exportaciones, pasa por un cambio radical en la política para el sector a la usanza de la aplicada por Chile, Brasil o Perú.
En estos países, la alianza sector público- sector privado, con una visión de mediano y largo plazo, articulando crédito suficiente y oportuno, inversión en vías, en investigación, mercadeo y logística, entre otros aspectos.
Y el sector agropecuario del Cesar, al igual que del resto del país, también afronta una situación crítica, calamitosa podríamos decir. Además de los problemas propios de la coyuntura, generados por el clima y la falta de continuidad en  algunos programas, debemos insistir en que el desarrollo del Cesar pasa por la recuperación del sector agropecuario y por la puesta en marcha de unas políticas nacionales, con unos instrumentos que lleguen y se sientan en las regiones.
No bastan los anuncios, como hasta ahora ha sucedido: nuestros ganaderos, agricultores y campesinos necesitan una ayuda urgente, concreta y efectiva. Esperamos que de la mano del Ministro y su equipo, con el respectivo esfuerzo del sector privado, la agricultura y la ganadería del Cesar puede retomar las sendas del progreso que otrora logró, para beneficio no sólo de la región sino también del país, en general.

Categories: Editorial
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