La escasez de agua es un problema latente a nivel mundial que amenaza con traer nuevos problemas y epidemias. En Colombia, de los 1.100 municipios que hay, 238 sufren restricciones de agua. El Instituto de Meteorología de Colombia, Ideam, señaló que se ha presentado una disminución en la cantidad y frecuencia de las lluvias, cercana al 60 %, para el centro y norte del país, otro ítem sobre el calentamiento global, es el fenómeno de El Niño que se intensificó mucho más este año y que arrasará con más litros de los principales afluentes. Para contrarrestar la escasez de precipitaciones y disminuir un despilfarro del 43 %, el presidente Juan Manuel Santos hizo un llamado al ahorro de agua y energía, urgiendo a tomar duchas más cortas y cerrar el grifo al cepillarse los dientes.
El mandatario advirtió también de que la situación meteorológica puede desatar epidemias de enfermedades como dengue, chikunguña y paludismo.
En el Cesar el panorama no es ajeno a lo que sucede en el país y basta hacer un breve recorrido por el río Guatapurí para darse cuenta que son menos los litros por segundo que ahora registra uno de los principales atractivos que tiene el departamento y que más rápido de lo que se cree se está acabando. Pero eso es apenas uno de los problemas más críticos que tiene esta jurisdicción y que deben hacerle frente todas las autoridades mancomunadamente para tratar de contrarrestar el ‘efecto dominó’ que se viene. A propósito de la posesión ayer del reelegido director de la Corporación Autónoma Regional del Cesar, Corpocesar, Kaleb Villalobos Brochel, hay varios retos que se deben tener en cuenta si se quiere ‘mermar’ un poco la sentencia que se firmó desde hace muchos años con el despilfarro del agua, la deforestación, el ignorar las reservas forestales y el mejor tratamiento de los residuos sólidos, entre otros.
Primero, se debe abocar al desarrollo de un plan de acción, según los expertos. Para hacer eso, se necesita conocer detalladamente todos los planes de desarrollo de los diferentes municipios del Cesar para saber cuáles son las puestas en marcha y las principales necesidades de las personas de acuerdo a su área. Eso incluye, estudiar minuciosamente cada plan de ordenamiento territorial debido a que es una de las principales tareas a tener en cuenta y lastimosamente solo 15 municipios del departamento lo tienen actualizado.
“Primordial es la protección de los recursos naturales y la recuperación de los recursos hídricos, son las bases principales y a lo que se le debe prestar especial atención. Los POT son documentos de largo plazo y por eso la importancia de que un alcalde se lo pueda dejar a otro. El Cesar necesita mucha atención, porque a pesar que tiene las cuencas hidrográficas, la cordillera oriental o de la Serranía de Perijá, lo mismo que la Sierra Nevada que es de donde bajan esos recursos hídricos deben ponerle el ojo porque la tala que se le ha hecho ha sido profunda, por supuesto eso contribuye a la destrucción de los mismos”, dicen los especialistas.
La vegetación debe estar entre los principales retos de ese plan de acción para los próximos años. Al igual que las áreas de protección natural necesitan ser recuperados para aportar más vida a nuestros afluentes.
“Hay que hacer reservas forestales y mejorar las que hay. Uno de los principales problemas que tiene el departamento es la deforestación, sobretodo porque sufrimos muchos años esa actuación con motivo del cultivo de algodón, que dejó una huella imborrable en la destrucción de los recursos naturales”, aseguran.
Los Pomcas que son los Planes de ordenación y manejo de cuencas abastecedoras, son pocos para las 34 fuentes hídricas que hay en esta jurisdicción, algunas de ellas comunicadas con otros departamentos como el Magdalena y La Guajira, entre la Sierra Nevada de Santa Marta y la Serranía de Perijá. De acuerdo al especialista, el poco interés por parte de algunos directores que pasaron por Corpocesar y los problemas para ponerse de acuerdo con otras poblaciones y grupos indígenas han dificultado esto. Actualmente, el río Guatapurí, que recorre unos 72 kilómetros desde su nacimiento en las estribaciones de la Sierra Nevada de Santa Marta, hasta su desembocadura en el río Cesar tiene muchos desvíos que ayudan a desmejorar el afluente.
“Con el plan de recuperación del Ministerio de Ambiente se están llevando a cabo Pomcas como las del río Guatapurí, río Cesar, bajo Cesar y Ciénaga de Zapatosa. Pero es fundamental que se desarrollen este año porque las fuentes hídricas que tiene el departamento amenazan con acabarse, están deteriorados y nosotros ayudamos a acelerar ese deterioro con la caída de las aguas servidas de Valledupar sin ningún tratamiento. La solución que podría mejorar esto, sería la instalación de una planta de tratamiento de aguas residuales para esta ciudad, claro que hay otras fuentes de contaminación pero esta es la más visible”, expresaron.
Río Cesar muere rápidamente
Este afluente que nace en las montañas de la Sierra Nevada de Santa Marta y desemboca en la ciénaga de Zapatosa está casi muerto. El río Cesar ha perdido todos sus recursos, al punto, que nadie puede consumir un pez de allí por todas las consecuencias que acarrearía para su organismo. De acuerdo con lo expresado por un ambientalista, el río está contaminado con plomo, mercurio y otros químicos.
Las obras de infraestructura adecuadas para el tratamiento de las aguas residuales y mayor personal capacitado realizar mantenimientos siguen siendo uno de las mencionadas propuestas para tratar de salvar al río, pero se ven más en los discursos que en la realidad.
Río Guatapurí
La sostenibilidad de Valledupar está en función del agua del río Guatapurí. Más de 450 mil habitantes cuentan con agua potable en el entorno urbano y se proyecta llevar en el futuro cercano agua en bloque a La Paz y San Diego, con el propósito de garantizar la prestación del servicio en esas poblaciones que irán creciendo a raíz de las nuevas explotaciones mineras y de proyectos educativos universitarios de alcance nacional. Pero ese río, que nace en la laguna Curigua de la Sierra Nevada y desemboca en la margen derecha del río Cesar del que se espera sacar provecho para mejorar la calidad de vida de otros municipios, se sigue deteriorando.
“Los indígenas también tienen su porción en el problema, por eso recalco en la idea de que se debe trabajar de manera conjunta para conseguir lo que se quiere. El problema es que se necesitan más personas especializadas en el tema y gobernantes que quieran hacerse cargo del problema. Pienso que muchos de ellos no tienen claro cuál es la gravedad de lo que sucede”, concluyeron.
Por su parte, el arquitecto ambientalista Alberto Gutiérrez Pineda aseguró que no hay capacidad institucional para resolver el problema. El excandidato al primer cargo de Corpocesar sabe sobre la gravedad de la problemática y es consciente de que no se puede llegar a una solución si no hay cambio de conciencia.
“No hemos sido dueños de nuestro destino. Seguimos siendo manejados por terceros que son los que operan la situación tanto económica, como social y ambiental. La Nación hace inversiones, concesiones mineras, hace carreteras, los guerrilleros invaden, las Bacrim se apoderan del territorio y nosotros los cesarenses no tomamos parte de nada de eso. Lo mismo pasa con la gasolina de contrabando, el tema de medioambiente va en la misma línea. Mientras nosotros no tengamos un horizonte y no entendamos lo que está pasando, cualquier propuesta nos parecerá buena”, dijo.
El especialista en el tema dio como ejemplo, que el gobernador saliente sacó un nivel de aceptación por percepción alto a nivel nacional, Pero ¿Percepción de que? dijo, “mostró una cantidad de obras pero no sabemos si esas inversiones están resolviendo algo, no se resolvió nada. Se gastó muchos millones haciendo cosas innecesarias o problemas inventarios que finalmente no hizo nada en lo social, los alcaldes dejaron más problemas, y en el tema de medio ambiente, tampoco pasó nada”.
Según el experto, más del 57 % del territorio del Cesar está en manos de la Nación y han sido capaces de montar una mesa de concertación para recuperar eso.
“Debemos recuperar los ríos, pero no tenemos visión de futuro. Más allá de cuantas concesiones tiene el río, se debe priorizar la no utilización de las aguas en momentos de verano porque hasta el 25 % del caudal ecológico mínimo es depositado de ese al río Cesar, pero aquí se concesiona y se dan números sin límites, y de manera ilegal la gente capta más agua de la que necesita gastar para sus actividades diarias”, indicó.
Al final, no se sabe si el control necesario ayudaría mucho. Pero se trata de varias acciones para evitar también la contaminación. Las personas ven el escándalo cuando sale en la prensa, mientras tanto les parece normal que a diario se contamine. Falta mayor conciencia social eso está claro. Y para empeorar la situación, las autoridades que vigilan tampoco hacen nada al respecto.
“No sabemos que es pasar trabajo, todavía no hemos tocado fondo. El día que no haya más agua en Valledupar durante ocho meses, ahí sí vendrán los arrepentimientos. Pero mientras eso pasa, se muere el río Guatapurí como pasó con el río Seco, y no pasa nada. A la gente no le importa porque buscan otras alternativas, y siguen regando las plantas, baldeando las terrazas, lavando con mangueras y todo igual. La debilidad institucional es el primer factor por lo que estamos pasando. Todos somos indolentes, entonces la sociedad ya está condenada”, concluyó.
Los principales retos que tiene ahora el reelegido director de Corpocesar giran en torno a la recuperación y preservación de los recursos naturales, especialmente el río que abastece de agua a Valledupar y otras comunidades.
PUNTOS DE VISTA
Abraham Hormaza: La afectación más grande viene de las acequias que no tienen control, para esta temporada se ve más seco que otras veces el río.
Yesith Ramos: Ha faltado mano dura de las autoridades. Falta personal que vigile al río, siempre está sucio. Necesitamos ayuda para esto.
Leidis Méndez: Las autoridades no están haciendo su trabajo, hay muchos desvíos en el río Guatapurí y eso lo que genera es que se seque más rápido que en años anteriores.
Walter Quintero: Lo principal es erradicar los desvíos, prestarle más atención al río y sembrar más árboles porque esas palmas son muy pequeñas.
Jerónimo Padilla: El verano nos está haciendo estragos, y aquí en la margen derecha nos tienen en el olvido, nunca vienen.
Por Tatiana Orozco Mazzilli
Tatiana.orozco@elpilon.com.co