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El Cesar debe prepararse para la verdad

El escenario que se abrió el jueves anterior con la aprobación de la Comisión para el Esclarecimiento de la Verdad, la Convivencia y la No Repetición, de común acuerdo por las partes en los diálogos de paz que se desarrollan en La Habana, Cuba, es un gran paso en el espinoso camino que recorre Colombia para llegar a la finalización del conflicto que permita alcanzar la paz que tanto anhelamos.

Esta Comisión que debe ser integrada por personas de alta credibilidad que conozcan por dentro el conflicto, es de carácter extrajudicial, es decir, lo que se esclarezca no será utilizado para condenar a ninguna persona. La verdad que la Comisión devele es para los ciudadanos, como un antídoto para lograr la paz del ser, vital para construir una mejor sociedad.

Por eso es un escenario que ya debe comenzar a territorializarse, a posicionarlo con el concepto de verdad, de lo que significa para toda la población con la claridad de la responsabilidad que todos los ciudadanos tienen en un país y en una región como el Cesar que ha sufrido los efectos del conflicto armado.

El Cesar no ha sido ajeno a la violencia. Recibió a miles de familias que llegaron huyendo de la violencia de la década del 50, y ha puesto una alta cuota de muertos, desaparecidos, secuestrados, desplazados y despojados. No en vano tiene un alto registro de víctimas (más de 350 mil) y cerca de 190 mil hectáreas que esperan ser restituidas a sus verdaderos dueños.

Aun cuando comenzó la reparación gradual a las víctimas, sus voceros aseguran que no ha habido justicia y mucho menos verdad. En las audiencias de afectación de víctimas realizadas en Cartagena y en Santa Marta, con los ex jefes paramilitares Salvatore Mancuso y Hernán Giraldo, así como en la reciente que se realizó en Valledupar con alias ‘Daniel Centella’, lo único que pedían las víctimas era saber la verdad, los motivos por los que les mataron a sus familiares o los sacaron de sus tierras.

La verdad sana las heridas y acaba los resentimientos que anidan en cada persona afectada que no entendió ni ha entendido por qué es víctima. Por eso la Comisión de la Verdad es fundamental para transitar por el sendero que lleva a la paz. Si el gobierno colombiano firma la finalización del conflicto con la guerrilla de las Farc, la Comisión de la Verdad tendrá uno de los grandes bastiones de la paz.

EL PILÓN hace un llamado a los organismos y a las instituciones que en el Cesar trabajan y tienen la responsabilidad de promover la paz para que despierten y comiencen a trabajar de manera paralela en esos escenarios que tarde o temprana vendrán.

Categories: Editorial Opinión
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