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El centro filosófico y político

El 6 de diciembre de 2020, en Blu Radio, Mauricio García Villegas, director de DeJusticia y profesor de la Universidad Nacional,  salió en defensa de las posiciones eclécticas, ponderadas y analizadas que derivan en el denominado centrismo, con ocasión de una columna escrita por él para El Espectador y reproducida por el portal web Dejusticia y Las2Orillas.

 “El centro existe y obedece a una tradición de filosofía política muy interesante”, declaró el experto a Blu Radio. García Villegas, según Blu,  habló de cuáles son las condiciones que podrían atribuirse a la posición de centro en materia política: “La pregunta es: ¿el centro en qué consiste? Yo señalé unas características como el respeto del Estado Social de Derecho, así como el sometimiento a las reglas de juego legales y constitucionales (…) En el caso del centro-izquierda una preocupación fundamental por la igualdad. Y también una condición particularmente importante, la gente de centro es más moderada, más modesta incluso, y no estima que su ideología es salvadora. Justamente por eso está más dispuesta a aceptar la verdad y los hechos”.

García Villegas, doctor en Ciencias Políticas,  recuerda que hay que buscar la fuente: “Necesitamos volver a las enseñanzas de la ilustración. Hay que perder los sesgos, evitar perdernos en la falta de racionalidad. Eso se traduce en una educación más inclinada hacia la tolerancia, el respeto de los demás, a escuchar”.

“Vivimos en una época muy moralista, como dos mundos opuestos: la visión de los cínicos, que los que les importa un comino todo y la visión de los moralistas. Ninguna de las dos cosas son adecuadas. Hay que tener una educación más sensible, oír a los demás y reconocer la verdad de las cosas y los hechos (…) La moral se aprende con ejemplos fundamentalmente. Hay que enseñar la moral de manera distinta a un catálogo de deberes, una moral de las virtudes y el ejemplo”, complementó.

Como dijo en su  atrás aludida columna del 20 de noviembre: “Los radicales descalifican a los centristas, a veces incluso con más furor que a sus enemigos naturales al otro extremo del espectro político. En esta pelea cuentan con una ventaja retórica: mientras sus posturas están claramente formuladas, en blanco y negro, con el bien y la justicia de su lado y con el mal y la injusticia del otro lado, los políticos de centro, si bien saben lo que quieren, reconocen la complejidad de la realidad, estudian todas las variables, aprecian los matices, valoran las particularidades, oyen, dudan, aprenden y cambian de opinión cuando es necesario. El primer discurso es de una sola pieza, claro y emotivo; el segundo es matizado y complejo. Pues bien, valiéndose de esta ventaja retórica, los radicales han logrado, en innumerables ocasiones, no solo en Colombia sino en muchos otros países, ahogar al centro, acallarlo. Lo suyo es como una profecía autocumplida: dicen que el centro no existe y, como su voz es más fuerte, más visible y más sonora, consiguen que este, al menos políticamente, quede opacado, como si de hecho no existiera”.

Ni tanto que queme al santo ni tan poco que no lo alumbre.

Categories: Editorial
Redacción El Pilón: