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El castellano, en función de la moda y de la tecnología

Este miércoles se festejó el día del idioma, pero, ¿cuál de ellos? Analicemos. Todo idioma toma vida cuando se le escribe o se le habla; no todos los  idiomas tienen la misma vivencia, no se originaron el mismo día, ni han evolucionado de la misma manera y tampoco tiene el mismo alfabeto y la misma estructura  gramatical y algunos se escriben en dirección contraria como el árabe. Las lenguas romances tuvieron como origen el latín; después evolucionaron a lo que hoy son el italiano, el castellano, el francés, el portugués y el rumano; no es claro cómo y porqué  se dio esta evolución para dar origen a idiomas diferentes, que también se vio afectada por el griego. El castellano de la era de la conquista no es el mismo de hoy, que seguro, será diferente al de mañana.

Antes el idioma cuidaba su pureza absoluta, hoy está en función de la moda y de la tecnología; cada vez son más las acepciones de origen anglo incorporadas a nuestro idioma a pesar de tener ADN diferentes; es como una  invasión forzada al interior de otra especie. El idioma de Cervantes y el de Gabo ya no es estático y puro; ahora quiere globalizarse con términos tecno-utilitarios y de moda que imponen los medios de comunicación.

Tengo dudas acerca de la enseñanza idiomática que imparten en las facultades de comunicación social porque no discuten las palabras de moda y comienzan a repetirlas como loros. Ahora que ha muerto Gabo, la palabra Nobel, que es un apellido sueco, trina en todos los micrófonos y los presentadores de noticias la pronuncian una y otra vez como si estuvieran saboreando una deliciosa galleta.

El Nóbel, el Nóbel, es lo que dicen cuando deberían decir el Nobel con acento en la e. Esta observación yo la he hecho otras veces, la haré de nuevo aunque me siento derrotado, la moda se impuso.

¿En qué me apoyo?

1) Hace muchos años le escuché decir a Antonio Panesso Robledo, un erudito en la materia, que en idioma sueco no existía ese tipo de fonética.

2) El año pasado le comenté esta inquietud a Imelda Daza Cotes, que vive en Suecia, y me confirmó lo anterior.

3) Cuando yo era estudiante de física, mucho antes que esta palabra fuera tan común en Colombia, los profesores nos hablaban de Alfredo Nobel (con acento en la e), el inventor de la dinamita (TNT). Claro, los esdrújulos y palabras graves son más sonoros que las agudas y esta podría ser una forma de descrestar al auditorio. Hoy todo es posible: ya se puede “guasapear” y “colocar” palabras en una oración pese a que es mejor ponerlas.

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