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El cartel de las Farc

La captura de Jesús Santrich esclarece lo que todos sabíamos y no queríamos reconocer, con el ánimo de darle una oportunidad a la paz de Santos. Hoy tenemos al más arrogante jefe de las Farc preso, en huelga de hambre para conmover al pueblo, pregonando inocencia, pese a las contundentes pruebas de su relación con el jefe del cartel de Sinaloa, Rafael Caro; además, Marlon Marín, sobrino de Iván Márquez, se entregó en calidad de testigo a la DEA, lo que puede desencadenar un efecto dominó por toda la información que tiene sobre el negocio del narcotráfico entre Farc, bandas criminales y gobierno de Venezuela. Al parecer vienen nuevas revelaciones sobre Iván Márquez, quien de forma sorpresiva se marchó a la zona de Miravalle en el Caguán, intimidado por el temor de ser el próximo capturado, de donde se fugó alias ‘El Paisa’, por la misma situación, exigiendo la liberación de su socio Santrich.

La situación es delicada, la desbandada puede extenderse y poner en riesgo un proceso que costó tiempo, sudor y lágrimas construir, que si bien fue mal estructurado desde el principio, ha bajado los índices de violencia y es visto como el comienzo de una Colombia en paz; queda claro que el problema es el negocio del narcotráfico, el Fiscal General, Néstor Humberto Martínez, dijo esta semana que se trata de una amenaza a la institucionalidad del país y es cierto, con más de 200.000 hectáreas sembradas de coca, departamentos como Nariño Cauca, Choco y zonas como Urabá y el Catatumbo, tomados por bandas criminales, donde el Estado parece haber perdido la pelea; el escenario se vuelve inmanejable. Seguirán surgiendo capos como el tal ‘Guacho’, que ahora es la mayor amenaza porque secuestra y mata, amparado por el cartel de Sinaloa. Ojalá, si queda algo de sensatez, los comandantes de las Farc entiendan que hay un proceso que no se puede venir al piso por unas manzanas podridas, que si se sometieron a unas reglas, lo mejor es continuar, aunque el gobierno haya incumplido algunos puntos, lo que está en juego es volver a la guerra, a las víctimas y de carambola, afectar el proceso con el ELN, ya que todo repercute en esa mesa, como ocurrió con la retirada intempestiva de Ecuador.

Sabemos que Santos se va por la puerta de atrás, con un premio Nobel y pocos resultados, desentendido del país a tres meses de entregar su mandato, con 14% de favorabilidad, poco puede hacer; pero es apremiante que muestre autoridad, como vamos, esto se va a complicar más y el nuevo presidente recibirá un país hecho pedazos y en guerra.

@JACOBOSOLANOC

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