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El cantor del pueblo, las mujeres y sus viejos

En diciembre de 1980 Diomedes Díaz junto con Colacho Mendoza sometieron al escrutinio de sus seguidores el LP titulado ‘Para mi fanaticada’, que corresponde a una canción de su autoría de reconocimiento y homenaje a sus admiradores incluida en esa producción discográfica, tal vez la más completa de todas las que hicieron juntos, de la cual transcribimos el aparte que antecede a propósito del tema que ocupa nuestra atención.

Con los actos litúrgicos, folclóricos, académicos y espontaneas manifestaciones de admiración póstuma desplegados en todo el país a la memoria del ‘Cacique de La Junta’ durante el denominado “Día de Diomedes”, el 26 de mayo, se ratifica una vez más que definitivamente con Diomedes se puede decir como lo decía de él mismo Jorge Eliecer Gaitán, no era un hombre, no era un cantautor, no era un intérprete era un pueblo.

El arraigo popular de su canto y su personalidad con todos sus defectos porque sabemos que no era ni podía ser perfecto, son inigualables y dejo de ser un ídolo para convertirse en un mito aún desde antes de su partida para emprender su nueva vida, allá donde los malos consejeros ya no podrán inducirlo por los caminos del error, donde la adulación es pequeña, pasado e insignificante, en aquel lugar a donde hoy se encuentra junto a su viejo que se le adelanto dándose cuenta de su gloria que aquí no pudo disfrutar agobiado por las amistades interesadas y aquellos que fungiendo falsamente como confidentes olvidaron que tenían frente a si una persona de carne y hueso para convertirlo en instrumento para su enriquecimiento personal.

Seguramente si Diomedes se entera a tiempo de lo que realmente representaba para sus fieles seguidores que ahora lo añoran y lo lloran, hubiera parado en tiempo su carrera desenfrenada hacia el abismo, y nos hubiera podido dejar para siempre muchas más canciones y discos para satisfacción de toda la gente suya que dejaba de quererlo para adorarlo, y hoy no tuviéramos que presenciar la soledad de tantos huérfanos y tantas viudas que dejo a su paso entre sus semejantes.

Fueron las mujeres sus viejos y su pueblo su permanente fuente de inspiración, y la riqueza melódica y narrativa en sus cantos su gran fortaleza, y prueba de ello son canciones como “Razón sentimental” que fue incluida por Jorge Oñate y Colacho en el LP “Los dos amigos” en el año 1975 .

Demostró el Cacique de La Junta que para hacer bellas canciones no se necesita insultar a las mujeres como hacen algunos de sus malísimos imitadores, y que el amor por su vieja Elvira y por el viejo Rafael María no pudo ser sustituido jamás por los nuevos amigos que llegan con la fama y desaparecen con la adversidad, por eso a medida que iba triunfando hacia más visible su gratitud por los ejemplos y “los pencazos” de su padre y lamentaba que el mar no fuera de el para dárselo a su mamá “con toy pescao”, ojala algunos principiantes que se enloquecieron antes de tiempo aprendan de el eso…lo bueno.

Luis Eduardo Acosta Medina: