El SIVA, siglas correspondientes al Sistema Integrado de Transporte de Valledupar, fue creado para ofrecer a esta ciudad una solución de transporte público colectivo; una necesidad para una ciudad con problemas de movilidad a pesar de ser una ciudad pequeña. Para administrar esta empresa se nombró en el año 2012 a la señora Katrizza Morelli, sin ninguna trayectoria en proyectos de este tipo, sin experiencia en soluciones en transporte público, pero la fuerza de los contactos políticos pueden más que las capacidades y que una hoja de vida con credenciales, pero así la nombraron y así continúa en el cargo después de 12 años.
Se confiaba que el SIVA sería la cura para mejorar la forma como se transportan los vallenatos si se optaba por la alternativa representada en el uso de buses bien equipados con rutas definidas y de paso frecuente para llegar a cualquier parte de la ciudad, para ello tocaba enfrentar un gran fenómeno que ha crecido de manera constante como el mototaxismo.
Precisamente una de las cosas que se pretendía con el SIVA era la de acabar o al menos disminuir el uso de la moto como transporte público no formal. Cuando empezó a funcionar la empresa que gerencia Katrizza Morelli, el mototaxismo ya era un oficio que muchas personas ejercían en Valledupar, era una queja en ese momento y sigue siendo una queja ahora; sin embargo, como si fuera un chiste, sale a decir el concejal Jorge Luis Arzuaga que el mototaxismo es el “cáncer” que acabó con el SIVA, pero cuando la gerente Morelli llegó al cargo sabía a lo que se enfrentaba, ese era su propósito, trabajar desde el SIVA para cambiar la manera como se transportan los vallenatos, quiere ello decir que durante 12 años no logró ese objetivo, una década perdida en un escritorio y nada logró.
El “cáncer” no es el mototaxismo como justifican desde el Concejo para no tocar la pésima administración de Katrizza Morelli, el “cáncer” es un modelo gerencial que no funcionó y se mantiene con terquedad a pesar que los resultados gritan que se requiere un cambio, pero vivimos en una cultura donde las personas creen que se merecen los puestos sin importar desperdiciar multimillonarios recursos públicos.
La gerente perpetua del SIVA ha visto cuatro alcaldes y los tres últimos le han brindado su respaldo ilimitado, lo que indica que no ha tenido inconvenientes de naturaleza política, entonces, qué ha pasado con esa gerencia que hoy entrega un SIVA quebrado y evade las preguntas de la ciudadanía al realizar una rendición de cuentas escondida en las redes para no encontrar interrogantes incómodos.
Lo que sí ha manejado la doctora Katrizza Morelli son millonarias sumas de dinero en obras de la ciudad desplazando a la Alcaldía, pero también desplazando la principal función del SIVA que es la administración de transporte público y aún siguen anunciando proyectos en las glorietas y unas terminales mientras esa entidad se hunde sin saber realmente qué ocurre en una administración que obteniene ingresos solo de 613 millones de pesos cuando sus costos de operación llegan a los 2.324 millones de pesos. Pero esto es insignificante para concejales como Jorge Luís Arzuaga; a concejales como este le interesan más las tramoyas irregulares como la elección de Mary Flor Therán a la Contraloría Municipal, por eso le abrieron a Arzuaga un disciplinario.
La semana anterior precisamente lamentamos la posición de Valledupar en la medición de pobreza nacional y somos la segunda ciudad más pobre, muchos con sus tecnicismos salieron explicar las razones de ese comportamiento, pero olvidamos que varios proyectos de esta ciudad no prosperan porque existe un modelo como el que aplica Katrizza Morelli, que impide el desarrollo de la ciudad y que preserva sólo los intereses de unos pocos, de esos pocos que ha gobernado durante los últimos 12 años con ella.
Carlos Andrés Añez Maestre