Si hay un aspecto de resaltar en los propósitos del nuevo gobierno, es el del papel que jugará el campo, lo rural. Y un departamento tan asociado a la actividad campesina como el Cesar sí que toma mayor importancia.
Porque la actividad agraria es el instrumento para la diversificación económica que se pretende para un nuevo modelo de producción, hoy con alta dependencia de otra actividad primaria de la tierra como la minería. Sector que se prevé que tendrá un horizonte finito por razones ambientales y universales restrictivas.
Porque la pobreza es mayor y más severa en las zonas rurales; porque Colombia, como lo ha recordado la ministra designada en la cartera de agricultura por el nuevo gobierno, Cecilia López, tiene las tierras, la localización, y la gente para ser una despensa agroalimentaria de nivel mundial; porque a raíz de la guerra de Rusia en Ucrania el abastecimiento de alimentos y los insumos para producirlos se ha vuelto crítico y Colombia, paradójicamente, con todo su potencial, es un gran importador de ambos; porque los alimentos han subido descomunalmente de precios, por encima de cualquier otro producto, afectando a los más pobres que lo poco que gastan deben priorizarlo en adquirirlos; porque hay conflictos evidentes de tierra y es esta, con lo rural, la nuez de origen del conflicto armado en Colombia.
Jhenifer Mojica, una abogada experta en el tema agrario, coordinadora del empalme sectorial, ha señalado la nueva orientación de cumplir el Acuerdo I de La Habana, el agrario, convertir al país en una potencia agrícola e integrar en el agro la nueva agenda ambiental.
“Tenemos una ruta que nos marcó el presidente electo, Gustavo Petro, que es retomar todo lo que hay y evaluar en detalle, técnica, financiera y políticamente, lo que puede funcionar para impulsar la agenda programática del sector agricultura, central en la propuesta del presidente Petro. Estamos identificando qué empata, qué se va a potencializar. Por ejemplo, el catastro o los programas de formalización. También identificamos “temas rojos”, en los que hay que encender alertas (…)
Cecilia López dice que este es un nuevo ministerio y sí, en efecto lo es porque el Ministerio de Agricultura tradicionalmente ha estado enfocado en la productividad, en las cadenas, el arroz, papa, café, en cómo ponerles plata a los gremios, con algunos manejos no tan transparentes, pero no se ha preguntado por un enfoque poblacional, un enfoque de desarrollo integral y un enfoque de tierras fuerte que permita realmente que las comunidades que están más desfavorecidas logren mejores garantías.
Este será un Ministerio de Agricultura que más se asemeja a un Ministerio de la Paz (…)
Una claridad: cuando el presidente Petro habla de que vamos a hacer la reforma agraria, no es la de los años sesenta del siglo pasado, sino la reforma agraria del primer punto del Acuerdo de Paz” (El Espectador). En próximos editoriales seguiremos abordando el tema de alto interés regional.