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El campesino que recuperó Los Delirios en Villa Germania

Los funcionarios de la Unidad de Restitución de Tierras hicieron el acompañamiento a las víctimas. Foto/cortesía

Era la época de los panfletos con listas de personas declaradas objetivo miltar. Era huir o correr el riesgo de un día ser baleado en la propia casa. En 1994 el Ejército de Liberación Nacional, Eln, se movía sin control por los corregimientos del norte de Valledupar, especialmente en el corregimiento Villa Germania.

Allí, Nelva Rocha tenía un pequeño restaurante donde almorzaban tanto el Ejército Nacional como el Eln. Era la época donde los guerrilleros se movían en zonas rurales sin muchos obstáculos.

Pero un día, Efraín Villazón fue declarado objetivo militar de la guerrilla, entre otras razones, porque en el restaurante de su compañera almorzaba el Ejército Nacional. Sin embargo, ambos siguieron en su vida de comerciantes y campesinos.

Dos años después llegaron los paramilitares que sembraron el terror que dejó huella en toda la región.

Fue en 1996 cuando debió huir a Valledupar porque un amigo le informó que ahora figuraba en la lista de enemigos de las Autodefensas de Córdoba y Urabá, ACCU. Con lista en mano, las ACCU iban a ingresar a la zona a ejecutar a todas las personas allí citadas.

Con su marcha a la capital del departamento dijo adiós a su finca Los Delirios, ubicada en la vereda Brisas del Diluvio, del corregimiento de Villa Germania. Atrás quedaban sus años de campesino, sus animales y todo lo que había conseguido su esposa con su pequeño restaurante.

EL SECUESTRO Y MUERTE DE SU HIJO

Radicado en casa de un cuñado que vivía en el barrio República de Venezuela, de Cartagena, cuando aún no empezaba el día, un grupo de las AUC entró por el techo.

Aquel 16 de enero de 1997 tanto Efraín como su hijo Adalvis fueron secuestrados y llevados hasta un campamento de las paramilitar ubicado en El Difícil, Magdalena.

¿Por qué se llevaron a su hijo? Según la información que manejaba el grupo armado, el joven Adalvis había desertado dos años atrás de las filas del Ejército de Liberación Nacional y guardaba información importante en medio de una guerra entre paramilitares y guerrillas que se desató en el Cesar y toda la región.

A los dos meses de estar secuestrados, Efraín fue dejado en libertad, igual que su hijo. Pero a los ocho días de haber recobrado la libertad, Adalvis perdió la vida en medio de un retén de la guerrilla en la vía que de Bosconia conduce al corregimiento de Caracolí, según la versión de los paramilitares, quienes fueron los que entregaron el cadáver.

Pero fue hasta el 28 de junio del 2011 cuando estos hechos de 15 años atrás fueron puestos en conocimiento de la Fiscalía General de la Nación.

LA RESTITUCIÓN DE SUS PREDIOS

Desde hace 22 años cuando Efraín y Nelva salieron de a finca Los Delirios, sus predios fueron explotados por personas ajenas. Con la aparición de la Ley de Victimas (Ley 1148 del 2011) ambos iniciaron un proceso para recuperar el predio del que guardan una resolución del 12 de agosto de 1992 del entonces Incora en donde les fue adjudicado el terreno de 53 hectáreas.

Con documentos en mano se presentaron ante las autoridades de restitución de tierras para iniciar el proceso. No obstante, los ocupantes presentaron oposición al proyecto aduciendo que en algún momento ese predio perteneció a su familia.

En síntesis, el poseedor aseguró en su momento que se debían “desestimar las pretensiones, porque la tierra fue adquirida por el padre del opositor de buena fe exenta de culpa, además de que aquel también es víctima de desplazamiento”.

Pero el juez encargado desestimó todo. Con la decisión del Tribunal Superior de Distrito Judicial de Cali, Sala Civil Especializada en Restitución y Formalización de Tierras, que tuvo como ponente a la magistrada Aura Realpe, Efraín y su compañera pasarán a retomar la propiedad de Los Delirios.

En ese sentido, la magistrada ordenó reconocer como víctima del conflicto armado en los términos de la Ley 1448 de 2011 al señor Efraín Villazón y Nelva Isabel Ferrer y a su núcleo familiar integrado por cuatro hijos, para el momento en que se produjeron los hechos victimizantes.

Pero no solo eso. La magistrada ordenó al Ministerio de Agricultura y Desarrollo Rural, de la Gobernación del Cesar y al Banco Agrario Regional del municipio de Valledupar, para que dentro de la órbita de sus respectivas competencias, en un término de tres meses siguientes a la ejecutoria de la providencia, incluyan dentro de los programas de subsidio familiar de vivienda rural al señor Efraín Villazón y a su compañera permanente Nelva Isabel Ferrer Rocha y a su núcleo familiar”, además de la inclusión en proyectos productivos.

“Me animé a reclamar y voy a regresar a mi parcela a trabajar. Con la ayuda de la Unidad de Restitución de Tierras (URT) le voy a dar mejores condiciones de vida a mi familia y, lo mejor de todo, es que no voy a volver a salir de allá”, concluyó Efraín.

DEIVIS CARO DAZA/ EL PILÓN
defancaro1392@gmail.com

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