Carlos Cesar Silva era más conocido en Valledupar y parte del Cesar por su trabajo como académico, escritor y columnista. En las redes sociales opinaba sobre diversos temas y a veces generaba discusiones polémicas. A pesar de que se mostraba ajeno a la política electoral y a la función pública, el destino de forma inesperada le abrió una puerta y terminó trabajando en el Gobierno nacional.
Ahora funge como director de la Unidad Técnica Territorial No. 1 de la Agencia de Desarrollo Rural, entidad que está adscrita al Ministerio de Agricultura y es fundamental para la implementación de la Reforma Rural Integral. Ejerce sus labores en los departamentos del Cesar, La Guajira y el Magdalena. Su principal función es impulsar el desarrollo agropecuario, la asistencia técnica, la asociatividad y la comercialización. EL PILÓN conversó con él.
De un momento a otro, usted pasó de ser profesor universitario y columnista de opinión a trabajar con el Estado en el sector agropecuario, ¿cómo ha sido esa experiencia?
Esta experiencia me ha servido para poner, literalmente, los pies en la tierra. No solo he tenido la enorme oportunidad de trabajar por el campesinado y las comunidades étnicas de la Sierra Nevada, la Serranía del Perijá y el desierto guajiro, sino que he comprendido que el ejercicio de lo público demanda prudencia, realismo y resultados. Mientras el debate académico y político a veces requiere de la grandilocuencia para llamar la atención, la función pública exige serenidad y acción constante.
Pero a decir verdad fue un cambio brusco, usted era más bien un tipo de letras y urbano.
Así es. Sin embargo, los conocimientos técnicos adquiridos en mi formación intelectual y mi experiencia académica me han permitido desempeñar este cargo a partir de la aplicación de principios que son claves para la administración pública como la planificación, el seguimiento, la ejecución, el trabajo en equipo y la transparencia. He entendido que la elocuencia es inferior a los resultados y que los cambios se gestan con el campesinado en sus territorios. Para no desorientarme aplico una fórmula básica: escucho a la gente y respondo sin hacer falsas promesas ni generar expectativas inalcanzables. El cambio significa ser serio y empático con los más vulnerables.
Bueno, entremos en materia, ¿qué está haciendo la ADR en el Cesar?
La ADR, gracias al enorme impulso que el presidente Petro le ha dado a la Reforma Rural Integral, está haciendo una inversión histórica en el Cesar de más de 45.000 millones de pesos en proyectos productivos agropecuarios. Se trata de una apuesta estratégica en todas las subregiones del departamento. Tenemos proyectos en la zona rural de Valledupar, San Diego, Codazzi, Becerril, la Jagua de Ibirico, Chimichagua, Astrea y Pelaya. Mejor dicho, estamos llegando a la Sierra Nevada, la Serranía del Perijá y la Ciénaga de la Zapatosa a impulsar y fortalecer diferentes líneas productivas como cacao, café, mango tommy, ajonjolí, ahuyama, caña panelera, maíz, cítricos, acuicultura y ganadería doble propósito.
¿Cuál de esos proyectos es el más impactante?
Acaba de salir la Resolución 624 de 2024 por medio de la cual el presidente de la ADR aprueba un proyecto que impulsa el desarrollo de sistemas ganaderos sostenibles y competitivos de pequeños productores del Valle del Río Cesar. Este proyecto beneficia a 220 personas, de las cuales 98 son mujeres, 23 son jóvenes y 119 so8n víctimas de la violencia. La cofinanciación de la ADR es 18.500 millones de pesos. Con este rubro se busca fortalecer la asociatividad, mejorar las prácticas agropecuarias y promover la comercialización. Igualmente, se entregarán insumos, equipos y, por supuesto, semovientes. Es una de las inversiones más grandes que la ADR ha hecho en el país.
El presidente Petro habla constantemente sobre la transición energética, para la cual, entre otros aspectos, es importante fortalecer y desarrollar el sector agropecuario, ¿qué ha hecho en ese sentido la ADR en el corredor minero del Cesar?
La transición energética implica un cambio planificado y organizado en la matriz económica del país. Esta labor no es exclusiva de la ADR ni del gobierno, sino que también requiere del concurso de las empresas privadas y la sociedad civil. Dejando claro esto, puedo decir que en el corredor minero del Cesar desde la ADR estamos haciendo varias inversiones. En Codazzi tenemos un proyecto de cacao con la comunidad Yukpa Menkue Misaya La Pista de 1.600 millones, otro de cacao con AGROSOLIDARIA de 3.350 millones y otro de café con CAFICOSTA de 3.600 millones. En Becerril tenemos uno de ahuyama con COOAMICER de 550 millones y en la Jagua de Ibirico uno de ganadería doble propósito de 2.700 millones. Durante los próximos meses seguirán llegando buenas noticias para esta zona del departamento. No descansamos.
Además de proyectos productivos, ¿de qué otra manera ha intervenido la ADR en el Cesar?
Realizamos ruedas de negocios en Valledupar y mercados campesinos en la Jagua de Ibirico, Aguachica y La Paz. Se apoyó la Feria Ganadera de 2023 en la línea ovino-caprino, se impartieron talleres de alfabetización digital en comercialización para los productores y se gestionó un curso de barismo con el SENA de Caldas para los jóvenes caficultores de Pueblo Bello. Se ha fomentado y fortalecido la asociatividad entre el campesinado. Habilitamos a la UPC y la Universidad Nacional como Empresas Prestadoras de Servicios Agropecuarios-EPSEA. En resumen, tratamos de hacer un trabajo integral, juicioso y, sobre todo, sensible con las luchas históricas de las comunidades.
Al gobierno de Gustavo Petro lo critican por falta de resultados, pero, oyéndolo, usted parece empeñado en demostrar lo contrario.
No tengo las competencias para referirme con datos puntuales a los avances de otras carteras. Sin embargo, puedo asegurar que poco a poco el Ministerio de Agricultura y sus entidades adscritas han mostrado resultados que ayudan a materializar la Reforma Rural Integral. Seguramente hay muchos aspectos por mejorar, pero el presidente Petro y la ministra de Agricultura están empeñados en transformar positivamente la realidad del campesinado y la zona rural del país. Gobernar es una tarea difícil, cada paso hacia adelante es un logro importante.
Finalmente, ¿cuál ha sido la experiencia o la moraleja más significativa que hasta ahora le ha dejado la zona rural?
Es posible que en las ciudades se concentre el conocimiento profesional y técnico, pero en la zona rural está la sabiduría popular, que tiene un valor histórico, cultural y político. No es un simple lema: la transformación social del país debe comenzar en los territorios más olvidados con el liderazgo de la gente.
Se ha hablado mucho del proyecto Agricel, en que el apoyo a los campesinos lo ha dado la Gobernación del Cesar, una misión que generalmente es de la ADR. ¿Cuáles son, a su juicio, las enseñanzas de ese proyecto que buscó redimir y hacer productivo un proyecto en el campo?
La enseñanza más grande es que para la implementación de cualquier proyecto productivo debe fomentarse y fortalecerse la asociatividad. Seguramente la gobernación tenía una buena intención, pero sin base social sólida es muy difícil consolidar una acción estatal como esta.
¿No es una alarma para los proyectos integrales de reforma agraria ?
Claro que sí. Pero debo ser franco, Agricel no es el único proyecto que tiene dificultades de implementación por falta de una base social sólida. De hecho, este es un problema común en la zona rural del país. Por eso la ADR tiene un equipo de profesionales dedicado particularmente al fomento y fortalecimiento asociativo. Ya lo dijo el presidente Petro en sus primeros días de gobierno, el campesinado tiene que organizarse para acceder a la oferta del Estado.
Por: EL PILÓN