Un reciente estudio sobre la infidelidad, desarrollado por Gleeden, una aplicación de citas conyugales, demostró qué porcentaje de colombianos ha sido infiel, por qué y las consecuencias que sufrieron tras haber cometido una traición.
Para esta investigación se tomó una muestra de 6.532 personas, quienes fueron encuestadas sobre el tema de la infidelidad, entre dicho porcentaje el 63 % de los encuestados respondió que ha sido infiel, frente a un 37 % que no lo ha sido.
El estudio reveló que los hombres son los más infieles: 8 de cada 10 hombres han sido infieles, mientras que 6 de cada 10 mujeres lo han sido.
De acuerdo con el sondeo, en la mayoría de los casos de infidelidad la causa ha sido la seducción. El 40 % de los encuestados se ha sentido atraído por otra persona, ha deseado tener relaciones sexuales con alguien más o, simplemente, ha tenido la posibilidad de hacerlo.
Mientras que un 38 % ha cometido la infidelidad por causas emocionales, es decir, no se ha sentido compatible con su actual pareja, ha pensado que la relación no tiene futuro o siente que no coinciden sus planes de vida.
Flavia Dos Santos, sexóloga, explicó que una infidelidad no está relacionada con el tema sexual sino más bien con la necesidad de sentirse amado. “Mucha gente asocia que cuando uno busca ser infiel es porque está insatisfecho sexualmente o busca algo más de placer, pero no es verdad”.
La experta destacó: “Si no somos validados constantemente por el otro, si no sentimos que el otro nos desea de verdad es cuando uno está ‘vulnerable’ a caer en una infidelidad”.
El estudio compartió que las consecuencias más frecuentes que experimentan las personas luego de cometer una infidelidad es sentir culpa, pérdida de confianza, y el fin definitivo de la relación.
Por último, Dos Santos destacó tres puntos claves para tratar de evitar una infidelidad o llevar una relación sana: conocerse a sí mismo, dialogar antes de iniciar una relación de pareja, y dejar de idealizar el amor y exigir tanto.
“Nosotros idealizamos el matrimonio, idealizamos las relaciones sexuales y vivimos un estado de frustración constante porque creemos que hay algo que no estamos logrando o que no encontramos en el mundo”, destacó la sexóloga.