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El botadero a cielo abierto que envenena al río Guatapurí

Incluso, se han creado pequeñas islas de basura en el río Guatapurí.

Ladrillos, cemento, vidrios, papeles y desechos higiénicos. Todo acumulado en montañas de basura a menos de 5 metros del río Guatapurí.
La desembocadura del río por el sector del barrio Nueve de Marzo es uno de los más de 16 botaderos ilegales de Valledupar. Son cerca de 50 metros de largo llenos de escombros que están dentro del afluente y que son arrastrados por el río cada vez que hay una pequeña creciente o llueve.

Acompañados de Policías y vigías ambientales, EL PILÓN visitó la zona para comprobar las denuncias de los ambientalistas.

A 10 minutos caminando de la carrera 4 con calle 18ª, el río es en realidad un botadero de desechos de construcción y basura de los carromuleros y los vecinos.

No es la primera vez que se denuncia la existencia de un botadero que amenaza la naturaleza del afluente. Ambientalistas, vecinos, corporaciones han prevenido de la tragedia ambiental en la que se puede convertir los desechos de basura, ya no junto, sino dentro del río.

“EL GUATAPURÍ ES EL BASURERO DE VALLEDUPAR”

Lejos de dar la imagen de un sitio que a pocos kilómetros es destino turístico, la margen del río por el barrio Nueve de Marzo da la impresión de ser un basurero. “Hay una construcción, de cualquier dimensión, entonces la gente busca el mejor monte que exista. Encontraron el río como botadero, y como nadie ‘jode’ la vida siguen tirando todo allá”, manifestó Neftalí Méndez, ingeniero ambiental y sanitario.

Por consiguiente, el primer foco de culpables gira hacia los carromuleros, encargados de botar los desechos de construcción y basuras acumuladas.

La falta de una escombrera es su defensa. “Todos saben que en Valledupar no hay una escombrera. Es verdad que los carromuleros llevan la basura al lugar, pero no son los únicos, entran carros y camiones con basuras. Literal, como algunos dicen, el río Guatapurí es el basurero de Valledupar”, afirmó José Calderón, líder de la Asociación de Carromuleros de Valledupar, Asocar.

BASURAS Y MÁS BASURAS: LA TRISTE IMAGEN DEL RÍO GUATAPURÍ

El mejor ejemplo de la situación de esta parte del río, similar a la de toda la margen derecha, es cómo la montaña de desechos parte al río en dos por unos metros y vuelve a conectarse varios metros después. El problema es tan grande que está a punto de cerrar uno de las corrientes de agua del afluente.

“No es solo que se cierre, es que estos residuos son fabricados con componentes químicos que terminan en el agua que se toman los vallenatos”, aseguró Luis Maestre, vigía y ambientalista que trabaja en los sectores más críticos del río.

¿SANCIONES EN CONTRA DEL MUNICIPIO?

En Valledupar desde hace más de 6 años se proyectó la creación de una escombrera que a 2019 no se ha materializado. Por lo tanto, tampoco existe una empresa encargada de organizar y atender los desechos de las construcciones.

La Resolución 472 del 2017 es la que reglamenta la gestión integral de los residuos generados en las actividades de Construcción y Demolición, RCD.

En orden, la resolución ordena que primero se gestione la prevención y reducción de la generación de RCD, y también el aprovechamiento, y en caso extremo como última opción, realizar la disposición final. “El problema de la ciudad es que no hay siquiera un lugar autorizado donde botar los desechos”, complementó Luis Maestre.

Por eso, la ciudad no cumple con el artículo 11 de la Resolución 472 de 2017 expedida por el Ministerio de Ambiente. “Los municipios y distritos deberán seleccionar los sitios específicos para la disposición final de los RCD”, dice el artículo. “Ese vacío o falta de lugar para desechar los residuos le da la posibilidad a inadaptados de botar la basura en los lugares menos indicados como el río”, aseveró Neftalí Mendez.

Por ese motivo, se iniciaron procesos administrativos sancionatorios en contra del municipio “por la contaminación y mala disposición de los residuos de construcción a la altura del barrio Nueve de Marzo y toda la parte contaminada del río”, según Julio Suárez, director de la Corporación Autónoma Regional del Cesar, Corpocesar.

Foto/SERGIOMCGREEN

En palabras del funcionario: “La responsabilidad de Corpocesar es velar por el río pero es la administración la encargada de controlar a los ciudadanos. En Corpocesar no tenemos la capacidad para controlarlos. Y si la administración local no lo hace, seguro habrá una sanción”.

¿QUIÉNES SON LOS RESPONSABLES DEL CONTROL?

Al final, el tema de las basuras es una papa caliente. Con la entrada en vigencia del Código de Policía en el 2016, la competencia ambiental y el poder sancionatorio quedaron en manos de la Policía. Así lo dijo el jefe de la Oficina Asesora de Planeación, Jorge Maestre: “El problema pasa por un tema de competencia. Con la Ley 1801 de 2016 entró en vigencia el Código de Policía y además facultó a los inspectores de Policía para realizar el control sobre los desechos producto de la actividad de la construcción, es decir, es una conducta que obedece a las autoridades de policía”.

En la Policía recae la competencia de control pero el problema de la falta de un sitio para residuos superó la capacidad de los encargados. Por eso, según los ambientalistas la verdadera solución es la prevención con la apertura de un sitio.

Exactamente, el jefe de la Oficina Asesora de Planeación se refiere al artículo 111 del Código de Policía que determina los comportamientos contrarios a la limpieza y recolección de residuos y escombros.

En el numeral 3 se especifica que va contrario a la ley el “arrojar residuos sólidos y escombros en sitios de uso público, no acordados ni autorizados por autoridad competente”.

En este año, van 13 comparendos a carromuleros por incumplir el artículo 111, según el comandante de Policía Ambiental, Andrés García.
Sin embargo, a pesar de ser acumulativas las sanciones, ninguno se acerca a pagarlas porque no impiden el seguir transportando residuos.

“Lo que sucede es que no hay cultura ciudadana de no utilizar las autoridades encargadas. Casi siempre los residuos salen de mejoras de una vivienda. Hay personas que requieren que eso se haga de forma rápida y con Interaseo se hace por cita. Entonces las personas lo quieren rápido, entonces utilizan a los carromuleros, además de una cuestión de costos. Pero a ellos, igualmente, le interesa es recoger y deshacerse, entonces utilizan estos lugares cercanos para botarlos”, manifestó el comandante.

LA FIGURA QUE ESTÁ EN PROYECTO

Desde cuando empezó el problema se abrió también la discusión de extender los servicios de empresas como Aseo del Norte para que fueran los autorizados de recoger los escombros. En su momento, el gerente de Aseo del Norte, Cristian Martelo, recordó que la recolección de los elementos de construcción y demolición no es una actividad propia de la empresa, está por fuera de los lineamientos y de los objetivos de la prestación de servicios que tiene la misma.

No obstante, desde hace varios meses el tema está sobre la mesa. Aseo del Norte entraría al mercado de recolección de residuos. “Es la única empresa con la capacidad para hacer las inversiones necesarias, porque no es solo encontrar el lugar, es abrir vías, autos y algunos otros factores”, complementó el jefe de la Oficina Asesora de Planeación.

Pero antes de elegir la empresa, el vacío principal de la ciudad es el lugar para botar los residuos. Según la norma 472 de 2017 debe ser un lugar donde la tierra haya erosionado y no sea productiva, además de otro factores, que han complicado su elección a pesar de varias ofertas.

EL COLAPSO DEL RÍO

En algún momento el río llegará a su límite. Así lo creen los ambientalistas. “Esos desechos, esa basura, lentamente irán acabando con la vida del río, es allí donde empezamos a ver cómo cada vez se seca más rápido”, explicó Neftalí.

Siguiendo con el ambientalista, las laderas de los ríos son las que mantienen la vida de los afluentes, pero para eso “es necesario que estén llenas de árboles y no de basura que contamina”.

Por DEIVIS CARO DAZA/ EL PILÓN
defancaro1392@gmail.com

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