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El ‘boom’ de los clubes de lectura en Valledupar

Jóvenes del club de lectura Brújula Libros, desde los 14 hasta los 21 años, se reúnen en la Biblioteca Rafael Carrillo Lúquez. Foto: Cortesía.

En Valledupar y sus corregimientos un creciente movimiento promueve la lectura en compañía, ayudando a adultos y niños a fortalecer este hábito. Durante esta semana de receso escolar, las bibliotecas públicas de la ciudad abren sus puertas a espacios de lectura para jóvenes y adultos, con el objetivo de aprovechar los libros que adornan sus estantes y fomentar la integración social que tanto necesitan los más pequeños.

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En 2023, los hábitos de lectura en Colombia mostraron un aumento significativo como efectos de la pandemia por Covid. Según un estudio de la Cámara Colombiana del Libro, los colombianos mayores leyeron un promedio de 3,5 libros al año, un incremento respecto a los 2,7 libros leídos en 2017. Este crecimiento también se refleja en aquellos que leen con frecuencia, quienes llegaron a leer 6,91 libros anualmente, un aumento notable desde los 5,41 libros en 2017.

Aunque el estudio no proporciona cifras específicas para la región de la Costa Atlántica, menciona que el 72 % de los colombianos lee, siendo la región Caribe rezagada con respecto a las capitales de la región 2Andina.

De la distancia pandémica a los clubes de lectura

Melissa Lambrano, licenciada en Lengua Castellana e Inglés, es directora del club de lectura Brújula Libros en la Biblioteca Departamental, donde jóvenes desde los 14 hasta los 21 años se reúnen con la excusa de los libros, pero también para expresarse más libremente de los temas que tratan sus lecturas. “El proyecto Brújula inició hace más o menos tres meses. Al principio fue difícil recaudar jóvenes para que vinieran a leer. Ahora es mucho más sencillo atraer su atención”, señala Lambano. 

Destaca que, aunque las redes sociales facilitan la promoción del club, hay pantallas que parecen más interesantes para los jóvenes.

Del total de la población encuestada solo 21 % visitan bibliotecas y 79 % no lo hacen.

“Me gusta que hay estudiantes realmente interesados en el club. A veces las mamás preguntan si pueden inscribir a sus hijos, pero siempre aclaro: ‘él quiere entrar, está interesado’, explica Lambrano sobre los desafíos de trabajar con chicos reacios a la lectura. Muchas veces los jóvenes se sienten cohibidos de expresar un punto de vista porque los padres los acompañan.

Brújula Libros se sostiene gracias a la voluntad colectiva de Melissa y sus jóvenes lectores. “Te cuento que, si bien es cierto que hay clásicos muy buenos que me gustaría que leyeran conmigo, como es la primera vez que se acercan a la lectura, escogimos entre todos el primer libro: Invisible, de un autor español cuyo nombre no recuerdo en este momento. La idea es proponer varias lecturas y que ellos voten para decidir con cuál iniciar. Así comenzamos con Invisible, una obra que aborda temas de ‘bullying’ y acoso escolar, muy relevantes para su edad”, explica Melissa.

Ella observa que, en esta etapa de sus vidas, los jóvenes disfrutan mucho de la ciencia ficción. “Las niñas tienden a preferir temas de amor, aunque no todas. Por eso trato de proponerles una variedad de géneros: cuentos de terror, ciencia ficción y libros que abordan problemáticas sociales. No podemos desligarnos de la realidad; la literatura debe reflejar lo que está sucediendo a nuestro alrededor. Considero que esto me hace más humano, al conectar con lo que vive el otro”, añade.

Entre las lecturas propuestas por los jóvenes se encuentran títulos como ‘Zapatillas rojas’, ‘Mujercitas’, ‘Viaje al centro de la Tierra’ y ‘El diario de Ana Frank’.

Según un artículo de El País de España titulado “Los alumnos que leen libros de más de 100 páginas llevan un curso de ventaja: ¿cómo pueden las familias fomentarlo?” los adolescentes que leen libros de más de 100 páginas tienen una ventaja equivalente a aproximadamente un curso académico en comprensión lectora en comparación con aquellos que no lo hacen. Este hallazgo se mantiene incluso después de considerar el nivel socioeconómico y cultural de sus familias, factores que influyen significativamente en el rendimiento académico, según datos del Informe PISA, la evaluación internacional realizada cada tres años por la OCDE. 

Por esta razón, iniciativas como el club de lectura Brújula Libros son especialmente valiosas en Valledupar, y Melissa espera que al menos diez jóvenes más se integren a esta enriquecedora experiencia.

La importancia de los clubes de lectura

La relevancia de los clubes de lectura ha crecido en un contexto donde las distracciones digitales son predominantes. Estos espacios no solo fomentan el hábito de leer, sino que también crean oportunidades para el desarrollo personal y social. Para Lambrano, el club es una excusa para reunirse frecuentemente y realizar actividades culturales. “Próximamente estará el poeta William Jiménez como mi primer invitado para un taller de escritura”, añade. La idea es trabajar también en la escritura creativa y redacción de textos como ensayos y artículos de opinión. “Esto les ayuda a fortalecer habilidades básicas”, concluye Lambrano.

Integrantes del club de lectura Fermina en Manaure (Cesar). Foto: Fermina.

Con el deseo de crear espacios para adultos y fomentar conversaciones sobre libros, Laura Gómez García, profesional en Filosofía y docente de Español y Literatura en el Gimnasio del Norte, relata cómo surgió Fermina Club de Lectura: “Mi esposo y yo llegamos a Valledupar en enero del año pasado por cuestiones laborales. En nuestra búsqueda por conocer la ciudad y hacer amigos, decidimos buscar clubes de lectura. Sin embargo, no encontramos ninguno”.

Ante esta situación, Laura vio una oportunidad: “A finales de abril inicié Fermina Club de Lectura. Hablé virtualmente con algunas personas desconocidas y les propuse crear un club sin pretensiones más allá de compartir nuestro gusto por leer y discutir”. Entre sus primeros contactos estaban Marta Navarro, una poeta local, y Andrea, una ‘bookstagrammer’, es decir, influencer vallenata en Instagram de libros.

Hoy en día, Fermina cuenta con casi 90 lectores en su grupo de Telegram y 1.090 seguidores en Instagram. Las sesiones pueden variar en asistentes y lecturas elegidas, intercalando autores hombres y mujeres. Además, García Gómez destaca que apoyan la economía local al reunirse en cafés no solo en Valledupar sino también en sus alrededores; por ejemplo, en septiembre realizaron una reunión en un café en Manaure (Cesar).

De las sesiones virtuales iniciales pasaron a encuentros presenciales en mayo del 2024. Comenzaron leyendo ‘Dónde están los salvajes’, de Miguel Barrios Pallares. “Así iniciamos: conociéndonos, hablando y creando redes”, recuerda Laura. A medida que avanzaba el tiempo, surgió la necesidad de crear otros tipos de espacios: talleres de escritura y charlas filosóficas.

“Gracias a esto, el club ha evolucionado; ya no es solo un club de lectura sino un espacio cultural diverso”, concluye Laura. Desde mayo del año pasado hasta ahora han leído un libro cada mes. Además, los miembros propusieron reunirse cada 15 días para discutir cuentos cortos y organizar cineforos.

Así es como Fermina Club se ha convertido en un espacio dinámico e inclusivo para disfrutar de la lectura y fomentar la cultura en Valledupar.

El ‘boom’ de los clubes de lectura 

Del mismo modo surgió Booktopia, otro club de lectura que emergió en Valledupar durante 2024 en la comunidad upecista, liderado por la profesora Karen Suárez de la Universidad Popular del Cesar. Booktopia fue creado por el profesor Darío Leguizamo Peñate junto a tres estudiantes del programa de Psicología, quienes impulsaron la idea del club.

Nos reuniremos en la universidad el próximo 10 de octubre, coincidiendo con la Semana Cultural. Sin embargo, es probable que lo posterguemos hasta el 17 de octubre”, comenta Karen.

A pesar de su reciente creación y la falta de presencia en redes sociales, el club Booktopia de la UPC cuenta con un logo que refleja su misión clara: fomentar la lectura dentro de la comunidad universitaria. Foto: Karen Suárez.

Este club se reúne dentro del campus universitario, donde el profesor Darío dejó un legado significativo. “Este año hemos realizado varias actividades, incluyendo un homenaje al profesor Darío con su familia presente. Actualmente, estamos leyendo el libro de Viktor Frankl”, añade Karen sobre las iniciativas que han llevado a cabo.

Los clubes de lectura en Valledupar están transformando la forma en que los habitantes se relacionan con los libros y entre sí. Estas iniciativas no solo fomentan el hábito de la lectura, sino que también crean espacios de integración social y cultural que impulsan el desarrollo personal de adultos y niños.

El aprovechamiento de estos recursos es importante en la medida que se vea a las bibliotecas como un lugar más allá que solo para tomar libros prestados; son centros vivos donde se pueden forjar amistades, intercambiar ideas y fomentar amor por la lectura.

Por lo tanto, se invita a todos los vallenatos a utilizar estos espacios en la semana de receso escolar y participar en los clubes de lectura en las bibliotecas del Centro Cultural del Banco de la República y la Rafael Carrillo Lúquez. La promoción de la lectura en la ciudad no solo enriquecerá a cada individuo, sino que también fortalecerá el tejido social de Valledupar y sus corregimientos.

Por Katlin Navarro Luna/ EL PILÓN

kpnavarr@gmail.com

Categories: Cultura Valledupar
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