La buena afinidad política-electoral que tenían, antes de pisar el gobierno, Franco Ovalle y Tuto Uhía se ha evidenciado en un matrimonio de obras, servicios, inauguraciones, en sus coincidentes periodos.
Aunque EL PILÓN ha mantenido la postura inmodificable frente al gobernante, de valorar bien sus ejecutorias y, con base en evidencia, hacer serias observaciones sobre sus fallas, dentro de la objetividad e imparcialidad que lo caracterizan en desarrollo de sus divulgadas Políticas Editoriales, resaltamos hoy como un elemento clave, que destaca a los mencionados en su ejercicio de la administración, la buena empatía y colaboración desplegada.
En ocasiones no se puede precisar si una obra, en territorio municipal, es propia de la iniciativa o de la contratación del alcalde o del gobernador, o si es de ambos, o si el uno le está prestando la cinta al otro de la acostumbrada inauguración. Han contado con buenas finanzas, más el gobernante departamental, gozando de significativos recursos de regalías y un buen equipo para estructurar y gestionar los proyectos ante los OCAD, que el alcalde, que, además de jalonar algunos dineros nacionales, como los de la obra de almacenamiento de captación de Emdupar, que permitirá el servicio continuo del agua potabilizada en medio de las sorpresivas y voluminosas lluvias, encontró de su predecesor unas finanzas ordenadas en virtud de la admisión del municipio a la Ley 550 de reestructuración de pasivos, lo que le permitió liberar recursos para inversión y acceder nuevamente al crédito. Ambos también se benefician de los recursos del Sistema General de Participación, de transferencias de la nación. Es lamentable que esa colaboración no haya dado para hacer obras estratégicas, que van más allá de sus respectivos periodos y producen efectos generacionales como el diseñado Mercado Público o la recuperación ambiental y social del río Guatapurí sobre todo el borde oriental de la ciudad.
Son épocas distintas a las de los de los amigos y vecinos Hernando Molina y Ciro Pupo, o a los menos amigos Luis Alberto Monsalvo y Fredys Socarrás, en las que se marcaba la diferencia de pareceres y se hacían más complicadas las obras.
Se podría considerar que una fórmula electoral de alianza es clave para que ese entendimiento se dé en el transcurso del ejercicio del gobierno. Pensamos que la madurez y la clara relación de cooperación y respeto mutuo del gobernador con los alcaldes del departamento, incluido el de la capital, lo hayan apoyado o no en su elección, hace más eficiente a los gobiernos y provee satisfacción en la comunidad.
PD. Andrés Llamas Nova asume temporal y ojalá definitivamente la dirección del periódico, sus capacidades y juventud le dan mucho en medio de los desafíos, principalmente de un periodo electoral que se nos viene encima; a Martin Mendoza, quien dirigió con tino la dirección, mil gracias; esperamos que siga cosechando triunfos y entrando a ésta su afectiva casa periodística.