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El Azulejo Serrano

Por: JOSÉ M. APONTE MARTÍNEZ

Aseguro sin lugar a equívocos, que hoy por hoy el carro tiene un status mejor posicionado que su propietario, en cuanto a identificación se refiere. Me explico con un ejemplo: el doctor Hugo Carrillo es una institución en Valledupar, un icono del mundo parranderil, prestigioso médico, extraordinario amigo, contertulio especial, connotado billarista, con una vasta cultura general, especialista en sancochos y guisos, y tragón como el solo, bailarín inigualable que en la práctica de la salsa le daba batalla al grande y único Cuco Medina y como digno alumno de Rafael, “con las mujeres cumplido”.
Pero si usted le pregunta a alguien en la calle si lo conoce, lo mas probable es que le digan que no, por mas que se lo describan como un hombre feo, bigotudo, con un vozarrón de huracán, irreverente al extremo, etc., etc, pero que si le agregas ¡hombre!, el anda en un carrito Renault 12, azul desteñido, con cojines pero sin cojines porque en ellos no se puede sentar nadie, so pena de perder la virginidad, que lo deja cuadrao en cualquier parte sin ninguna preocupación porque “nadie se va a robar un cáncer de esos”, y se llama EL AZULEJO SERRANO, por lo opaco del color a diferencia del brillante Meche Vega, así le dicen en Villanueva a los Mercedes Benz, del famoso urbanizador el doctor José Antonio Maya Martínez. Claro que si, lo conozco, te interrumpe, como no lo voy a conocer, ayer no más en la tienda de la esquina del Parque Novalito, que es su nueva rochela con el eterno y famoso pariente Hugues Martínez para meterse al medio día sus Costeñitas bien heladas me brindo una, que fueron seis, ese man es un bacano y buena gente.
Así para preguntar por alguien aquí y en cualquier parte su mejor identificación es el carro y por eso los billonarios ya no tienen uno sino cinco o seis con vidrios polarizados, lo que hace difícil su identificación, a través de su vehículo, como pasa con todos los que tenemos por espacios de varios años uno solo, porque además de tener cinco o seis los billonarios los cambian cada dos años máximos.
Pero si el carro es nuestra placa de identificación, también su proliferación es uno de los problemas graves que tiene el mundo en estos momentos y Valledupar no es la excepción y al contrario ya esta formando en unión con las motos semejante desbarajuste, hasta el punto que manejar aquí se ha vuelto un acto heroico y ya es hora de ponerle el cascabel al gato, o de no vamos directo al Record Güines como la ciudad más desorganizada en materia vial y de tránsito.
Aquí se necesita una reingeniería completa, un estudio grande y juicioso sobre las vías; llego la hora de imponer una sola dirección en muchas calles y carreras, cambiar la dirección de vías como las del Boliche y Bolichito que todas las pusieron en el mismo sentido y ese es mucho lio para salir, quien logra a entrar a este importante sector de la ciudad; las señales de transito hay que rediseñarlas y adaptarlas a la nuevas necesidades de la ciudad.
Al carro hay que buscarle espacios para cuadrarlo y para ello habrá que reformar muchas zonas verdes, que son verdes porque así las llaman,  pero que son basureros que podrían convertirse en amplias bahías para parqueo, no se deben conceder licencia de conducción para edificios si no tienen proyectados parqueaderos subterráneos y en fin hay que tener conciencia del problema de los carros y prepararnos para resolverlos, pensando en grande, en puentes grandes, en calle amplias y con proyección en un futuro para un segundo piso y óigase bien, para el buen funcionamiento, darle a los Agentes de Transito una moto a cada uno y un Formulario de Partes para que no les tiemble el pulso para sancionar, porque esa es otra aquí todos queremos hacer los que nos da la gana, y si no que lo digan los mototaxistas que ya han armado un parqueadero en la calle 16ª frente a la Farmacia Mundial No.2, de lado a lado, casi que interrumpiendo el transito y quien logra pasar lo espera un inmenso hueco que allí se encuentra para destruir carro.
Alcalde, porque no estudia la posibilidad de ampliar el uso de la moto a los hombres de la tercera edad hasta cuando tengamos un sistema de trasporte digno, bueno y eficiente.

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