La vida de Martha Liliana Toro Pardo está llena de casos curiosos así como de grandes logros. Nació en 1968 en La Dorada, departamento de Caldas, pero creció en Valledupar, y estudió en el colegio Femenino Prudencia Daza, donde empezó a dar sus primeros pasos en arbitraje, un día, cuando el profesor de Educación Física, Siervo Saúl Quiñónez, les dijo que el Intercursos de Baloncesto no se iba a realizar porque no había quienes dirigieran los juegos. Para no dejar morir el campeonato y recibir además una buena nota en Educación Física, tres amigas y ella, pitaron el juego.
No pitaba fútbol, sino básquet y voleibol, el fútbol lo empezó a dirigir en la universidad, en 1987, cuando ingresó a la Universidad Pedagógica de Tunja, donde estudió Educación Física. En ese mismo año, participó en un curso para árbitros de fútbol en Duitama, y tres meses después debutó en un torneo de adultos, pero estaba tan nerviosa que fue reemplazada a los 25 minutos por uno de los jueces de línea. “Yo estaba muy asustada, después que pité el inicio del partido no volví a pitar más nada y los jugadores por allá dándose patadas, y yo lo que decía era ‘juegue’ luego entró el juez de línea y me entregó la banderola y él terminó de pitar el juego; lloré mucho cuando llegué a la casa, pero a las tres semanas volví y pedí que me diera la oportunidad de dirigir otro juego y lo hicieron, en ese me fue mejor”, recordó Martha Liliana.
Ella ha participado en torneos nacionales e internacionales de todas las categorías y asistió a los cursos para recibir la escarapela máxima autoridad de este deporte, la FIFA. En 1998, se estrenó en la segunda división y un año después en la Copa Mustang. Participó en el Campeonato Suramericano de Argentina en 1999, el Mundial Femenino de Estados Unidos en 1999 y los Olímpicos de Sydney en 2000.
No obstante hubo hechos que marcaron la vida de Martha Liliana que la llevaron a consagrarse como la primera mujer árbitro de la FIFA, uno de ellos fue en un torneo de fútbol femenino que se llevó a cabo en Medellín. Ella nunca había pitado un encuentro entre mujeres y la pusieron de cuarta asistente, “yo estaba emocionada, imagínese uno allá en ese torneo, yo me hubiera ido así me hubiera tocado barrer el estadio, era la primera vez que montaba en avión. Yo hacía mis planillas, colaboraba aquí y allá y me dijeron que si era capaz de pitar un partido de esos y yo dije que sí, porque en ese entonces el nivel no era muy alto, así que me dieron la oportunidad y pité el partido y la final del torneo”.
El fútbol muy poco le llamaba la atención cuando empezó a estudiar, le gustaba el básquet y el voleibol, sin embargo, poco a poco y estudiando empezó a interesarse por el deporte que más masas mueve en el mundo.
“No fue fácil porque esta era una actividad principalmente para hombres, siempre habían quienes no creían en uno pero no me rendí, puedo decir que el arbitraje me cambió la vida, gracias a eso yo pude viajar, conocer, montar en avión”, dice Martha Liliana, quien además de impartir justicia a un grupo de 22 hombres en una cancha de fútbol, ha estado siempre vinculada a la docencia, ejerciendo en el colegio Nacional Loperena y en Uparsistem.
“Nunca he dejado de lado la academia, siempre he estado dando clases y pitando partidos, ya no con la misma frecuencia de antes, pero si lo hago cuando me invitan, además estoy en el Colegio de Arbitraje del Cesar que es una iniciativa que tenemos con el profesor Carlos Romero”, dijo.
Ella ve el arbitraje en el Cesar con buen futuro e instó a las mujeres deportistas a que luchen por sus sueños recordándoles lo importante que es tener disciplina para estar en la cancha, ya sea como jugador o como árbitro.
Toro actualmente es la directora de bienestar universitario en el centro de capacitación Uparsistem. ‘La Miss’, como es conocida, pita cuando es invitada a algún campeonato.
Por Freddy Oñate Acevedo / EL PILÓN
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