A pesar de las campañas, el agua se sigue desperdiciando debido a pérdidas que se ocasionan desde la misma salida del líquido, fugas en las tuberías y las malas prácticas de la comunidad.
De acuerdo con la Organización de las Naciones Unidas, la escasez de agua afecta a más del 40 % de la población mundial y se prevé que este porcentaje aumente, pese a ello, la comunidad no toma conciencia y en el caso de Valledupar el desperdicio de la misma es de un 60 %.
“Tenemos desperdicio desde la misma salida, que hemos bajado sí, que estamos luchando por bajar más sí, pero tenemos una gran pérdida”, expresó Ricardo Llanos, jefe del área técnica de la Empresa de Servicios Públicos de Valledupar, Emdupar.
Según explicó estas pérdidas se produce por múltiples factores imperceptibles como perceptibles. Uno de ellos es el deterioro de la tubería, otro es la pérdida del agua que no se mide y que al final se está cobrando por promedio y por último están algunas prácticas que tiene la misma comunidad como la de no cerrar el grifo y dejar las mangueras abiertas para regar jardines.
Estudios revelan que para el año 2050 se espera que al menos un 25% de la población mundial viva en un país afectado por la escasez crónica y reiterada de agua dulce, por esto, la reducción en el desperdicio de agua se hace fundamental al momento de apuntar al sexto objetivo de desarrollo sostenible que busca garantizar la disponibilidad de agua, su gestión sostenible y el saneamiento para todos.
A pesar de esto y el constante llamado a preservar este líquido, algo que se ha hecho reiterativo en muchas fechas y a través de la información que de manera periódica se entrega sobre las condiciones del servicio no solo en la ciudad, sino a nivel departamental, nacional y mundial, el descuido permanece.
Para frenar esta pérdida que se presenta en Valledupar o por lo menos darle manejo, desde Emdupar han empezado por implementar con mayor fortaleza la micro medición o instalación de los conocidos contadores.
Esto como estrategia de la entidad que busca a través de la normalización regular la situación dado que no tienen facultad sancionatoria según manifestó Katerine Levi, jefe de pérdidas de la empresa.
Levi explicó que se presume que en la capital del Cesar cada persona consume ochos metros cúbicos de agua y que son los sectores suburbanos, que cuentan con servicio pero no está legalizado, donde más se registra este derroche.
“La idea es que la ciudadanía se concientice de ser micromedida y así podemos controlar el desperdicio”, sostuvo Levi, trayendo a colación que el agua de Valledupar es la más barata de Colombia.
Como consecuencia de la considerable pérdida que hay de este recurso, la Corporación Autónoma Regional del Cesar, Corpocesar maneja el control con relación a la empresa prestadora del servicio debido a que el agua tratada del acueducto pasa a ser competencia de la misma.
“Nos compete a nosotros sancionar a Emdupar por el desperdicio de agua, pero no al usuario de la vivienda o al que lava el carro, ya eso es la empresa y el Código de Policía”, dijo el director de Corpocesar, Julio Suárez, reiterando además que ellos velan porque la empresa cumpla con el Plan de Ahorro y Uso Eficiente del Agua, POEA.
De hecho, anunció Suárez, esta semana tienen previsto iniciar con el proceso de regulación de las corrientes; con lo cual empezarán por los ríos Guatapurí y Badillo en principio, a través de un acto administrativo que es la reducción del caudal concesionado o captado por la empresa Emdupar.
La medida se da porque la finalidad de Corpocesar en este sentido es la de mantener el caudal ecológico del río.
“Velamos porque el agua exista en el río, la fuente es la que en sí nos compete directamente”, destacó Suárez. Al tiempo recordó que ya existen varias sanciones contra la entidad prestadora del servicio en la ciudad y que la situación es similar con las empresas en todos los municipios del departamento del Cesar que tampoco dan cumplimiento al POEA.
Ahora, sobre si la reducción de la concesión pondría en riesgo el suministro de agua en Valledupar, tanto Llanos como Suárez coincidieron en que evidentemente los efectos se verían reflejados en el servicio.
En este sentido el funcionario de Emdupar fue claro en que esto representaría para ellos un aprieto indudablemente, por lo cual insisten en reducir las pérdidas y tener un sistema de acueducto óptimo.
Por su parte, Suárez enfatizó en que aun cuando han llevado a la empresa a prácticamente no tener con qué prestar el servicio, la comunidad no se inmuta.
Además, concluyó que desde la concesión que tienen está claro que hay desperdicio de agua en todos los municipios del departamento. Esto argumentado en que la captación que se hace es suficiente para mantener la ciudad, municipios y corregimientos; sin embargo, en algunas partes se excede esa cantidad de agua que demanda la población, reflejo de todo el líquido que se emplea de una forma inadecuada.
Por último extendieron una vez un llamado de concientización y alerta a la comunidad. En el caso de Llanos pidió la colaboración para disminuir las pérdidas recordando a su vez lo necesaria que es el agua y el requerimiento de hacer un uso efectivo de los servicios.
El director de Corpocesar entre tanto se refirió a la condición de finitos que tienen este tipo de recursos y la preservación que hay que darle a los mismos para que no se acaben en un tiempo más corto de cara a que y que las generaciones futuras también los puedan disfrutar. “Los elementos ambientales se acaban y también nos acabamos nosotros”, agregó.
Por: Daniela Rincones Julio / EL PILÓN
daniela.rincones@elpilon.com.co