El sábado 7 de agosto de 1819, los Ejércitos español y criollo se enfrentaron en el puente de Boyacá. El Ejército Libertador, conformado por 2.850 combatientes, entre criollos, mulatos, mestizos, zambos, indígenas y negros estaba comandado por el general Simón Bolívar.
Aunque la acción militar era intensa en los dos bandos, los patriotas tenían unidad y facilidad en las comunicaciones, mientras que los realistas estaban incomunicados y separados por la vanguardia patriota.
El objetivo era claro, romper los yugos de la esclavitud a los que estaban sometidos por la corona española. Los patriotas actuaron con rapidez, los rodearon y al final los españoles tuvieron que rendirse. La batalla terminó a las 4:00 de la tarde, murieron más de 100 realistas, 13 soldados patriotas y 53 resultaron heridos.
La Batalla de Boyacá se convirtió en el inicio de la independencia del norte de Suramérica; desde entonces el Ejército Colombiano ha estado integrado por hombres y mujeres herederos de la tenacidad, valentía y el honor de aquellos que lucharon por su pueblo.
Hoy, 198 años después, el general Pablo Bonilla Vásquez, comandante de la Décima Brigada Blindada del Ejercito Nacional, asegura que este tiempo ha sido de constante modernización, teniendo en cuenta que el Ejército de la campaña Libertadora de vestidos de harapos, calzados en sandalias y sobre caballos logró la libertad de Colombia en ese puente de Boyacá.
“A partir de allí ha habido hitos históricos que le han dado un avance, entre ellos la guerra de los Mil Días, el conflicto de Perú, en donde el Estado se dio cuenta que le faltaba una fuerza militar para defender su territorio, que sirvió de trampolín para modernizar el Ejército, de allí la creación de la Escuela de Cadetes y la Escuela Superior de Guerra Rafael Reyes, fue un momento histórico. Así mismo la guerra de Corea, miramos cómo se operaba en el hábito de guerra convencional y formamos una hermandad con el ejército estadounidense, luego vamos al Sinaí donde adquirimos nuevas técnicas para modernizar nuestra doctrina y finalmente la guerra con las Farc, que requirió de una transformación en nuestras capacidades. El plan Colombia que trajo recursos para las iniciativas como Meteoro, los soldados campesinos, los batallones de alta montaña para cerrar los corredores por donde se movían las Farc para hacer sus ataques, son hitos históricos que han contribuido al desarrollo”, afirmó el general.
Una de esas capacidades adquiridas dentro de la trasformación del Ejército en 198 años, permite que los hombres y mujeres que lo integran se acojan a la Dirección de Aplicación de Normas de Transparencia del Ejército Nacional – DANTE, como una organización del orden estratégico, diseñada para sensibilizar y prevenir en temas de transparencia institucional, métodos multi-dinámicos de la lucha contra la corrupción, desarrollando un ambiente ético y el empleo de buenas prácticas en el personal de la Fuerza; todo en busca de contribuir al fortalecimiento de la legitimidad institucional. De esa manera, se han generado cambios culturales y pedagógicos enmarcados en la ética y la transparencia, con el firme objetivo de mantener el progreso, la paz y la seguridad del pueblo colombiano.
Según afirmó el general Bonilla, con el paso del tiempo, se han implementado nuevas doctrinas, que se convierten en la carta de navegación de un Ejército bajo el lema de PATRIA, HONOR, LEALTAD, continúa desarrollando operaciones militares, que protegen la soberanía de este país.
Así nació la doctrina DAMASCO, la cual se fundamenta en el concepto de Operaciones Terrestres Unificadas y nace como el resultado de la renovación de la Fuerza, un cambio que no se hacía desde hace 100 años y que parte del análisis de los excelentes resultados que se han logrado durante años en operaciones en tierra.
Hoy, Damasco representa la conversión de la doctrina, la nueva visión, el despertar y la transformación doctrinal del Ejército Nacional de Colombia, conteniendo sus principios fundamentales, contemplados en 17 manuales que enmarcan los fundamentos del conocimiento y estudio amplio de la guerra que ayudan a progresar una Fuerza Militar ágil y versátil, con la evolución de los principios, tácticas, técnicas, procedimientos, términos y símbolos militares.
La doctrina DAMASCO se convierte de esta manera, en la guía para el desarrollo misional del Ejercito Nacional, buscando siempre sostener una fuerza dinámica y expectante a los requerimientos que demanda la Nación.
Teniendo en cuenta que para el Ejercito la misión principal es la defensa de la soberanía nacional, su rol se enmarca en las fronteras y en cualquier tipo de amenazas de afuera hacia adentro. Sin embargo, históricamente el Ejercito se encargó de la amenaza interna y por ello jugó un papel, preponderante en el desarrollo del conflicto interno.
“La comunidad confunde el papel de la Policía y el Ejército y quieren que los militares nos volvamos policías, pero cada uno tiene un rol distinto”, precisó el oficial.
Con la terminación del conflicto armado el Ejército Nacional continúa con su rol de vigilar las fronteras del país. La Decima Brigada Blindada que opera en el Cesar y La Guajira, conformada por cerca de 10.000 hombres distribuidos en 16 unidades, de caballería, infantería, artillería, logística, ingenieros, batallón de alta montaña, batallones especiales energéticos y viales, unidades aviación, entrenamiento, reentrenamiento, gaulas militares, entre otros.
Esta tiene a cargo 403 kilómetros de frontera y son los encargados de comandar la información en esa franja. Así mismo, atacando el sistema de amenaza del ELN que persiste en la vía de las armas para lograr su objetivo. Otra responsabilidad es consolidar la paz restable y duradera consolidando los territorios que fueron abandonados por las Farc, donde se requiere presencia militar.
Hoy, 7 de agosto, celebra 198 años con gran ceremonia militar en el puente de Boyacá, donde serán condecorados los mejores militares de Colombia, entre los que se encuentra el general Pablo Bonilla, comandante de la Décima Brigada Blindada. En Valledupar se llevará cabo la celebración el día martes 8 de agosto, con una ceremonia religiosa, donde será condecorado el Gobernador del Cesar, un alcalde de La Guajira, y un miembro de la Fiscalía por su apoyo y aporte a la institución militar.
Un compromiso con el medio ambiente
En la misión del Comando de la Décima Brigada, está dar cumplimiento a la legislación ambiental, en la cual se asignan actividades claras y específicas a sus batallones adscritos, como es la de proteger los recursos naturales en los departamentos del Cesar y La Guajira. El cuidado del medio ambiente es uno de los factores importantes, por ello, entre sus líneas de acción está el de sensibilizar y capacitar a sus tropas con el ánimo proteger los recurso naturales de la jurisdicción.
La sensibilización que tiene como finalidad la construcción de una cultura ética y responsable con la naturaleza, induciendo a los soldados de la patria a convertirse en promotores ambientales, con el objetivo de aportar a la solución de la problemática y necesidades referentes a la contaminación del medio ambiente, así como potencializar los recursos naturales con las que las unidades y la jurisdicción cuenta.
Los batallones por medio de sus oficinas de Gestión Ambiental han venido adelantando un sinnúmero de actividades en función a la preservación de las riquezas naturales, con las que cuentan estos dos departamentos. Entre estas actividades están las campañas de limpieza y recolección de los desechos que contaminan los cuerpos de agua, realizadas al río Guatapurí, río Manaure, acequia Las Mercedes, río Rancherías, playas de Riohacha y acequia Rancherías.
Las jornada de limpieza son lideradas por los gestores ambientales de las unidades militares, con el objetivo de concientizar a los habitantes de los municipios donde se ubican los batallones en proteger los recursos naturales y así cuidar y resguardar las fuentes hídricas de nuestra jurisdicción, demostrando que se puede hacer algo por el medio ambiente y dejando atrás la indolencia que se tiene con respecto al mismo.
Otra línea de acción es la de contrarrestar el tráfico ilegal de flora y fauna. Entre los resultados obtenidos está la incautación de más de 80 metros cúbicos de madera y 100 sacos de carbón vegetal. Se han recuperado diferentes especies de fauna, como tigrillos, aves exóticas, iguanas, tortugas, serpientes, y zaínos, que han sido entregados a la autoridad ambiental o policía ambiental.
Otra actividad relevante son las jornadas de reforestación y recuperación de áreas deforestadas efectuadas dentro de las instalaciones militares o en apoyo a la comunidad o autoridad ambiental; se estima que se han sembrado más de 8.000 especies arbóreas entre nativas y frutales.
Así mismo, se realizan acciones de apoyo a la autoridad ambiental (Corpocesar – Corpoguajira), con el fin de que tengan un aliado en la Décima Brigada Blindada y sus batallones en apoyo a sus actividades en materia ambiental.
Es importante proteger y cuidar el medio ambiente ya que, sin duda, es una labor que debe practicar cada día con mayor rigurosidad, pues de esa gran riqueza depende el futuro de las próximas generaciones, acciones en beneficio del medio ambiente ante las cuales el Ejército Nacional no es ajeno.
Esto demuestra que los soldados que salvaguardan la seguridad de los cesarenses y guajiros está protegiendo al medio ambiente como parte de la soberanía nacional.
La misión del cuerpo de Oficiales Profesionales de la Reserva
El Cuerpo de Oficiales Profesionales de Reserva fue creado en 1976 por iniciativa del General Rafael Navas Pardo, expresidente de la República, quien vio la necesidad de fortalecer la integración del estamento militar y con el civil, para lograr una proyección de la imagen positiva de las instituciones legítimamente armadas. Es así como cientos de hombres y mujeres de diferentes profesiones se han hecho Oficiales de Reserva del Ejército Nacional, aportando y aunando sus conocimientos, sin ánimo de lucro, en la lucha por la paz del país.
Siendo un cuerpo de apoyo de la Fuerza, contribuyen en las actividades que realizan los soldados del Ejército para cumplir su misión constitucional, al tiempo que soportan las labores en las áreas administrativas, logísticas y de acción integral coordinada.
De esta manera, los Oficiales Profesionales de la Reserva conservan la integración entre el estamento civil y el militar, convirtiéndose en un puente entre la comunidad y los soldados.
Luis Adolfo Barros Guardiola es miembro de la reserva del Ejército hace 28 años, actualmente tiene 70 años y se desempeña como comandante de la COAMI de la Décima Brigada, es decir del Comando de Apoyo a la Misión, él hace parte de un grupo de 65 reservistas del Batallón Cartagena en Riohacha, La Guajira.
“Nuestra actividad es ayudar a la comunidad civil en todas sus necesidades. En Riohacha o la alta Guajira, hacemos jornadas de apoyo a la comunidad, le llevamos medicina, servicios médicos, odontológicos, psicológico, todo lo de la rama de la medicina; los ayudamos con alimentos y a realizar ciertas obras como hacerles escuelas y ayudarles a arreglar caminos”, manifestó el oficial.
Con el proceso de paz la reserva del Ejército cumple un papel fundamental para el cual se están preparando. Barrios Guardiola indicó que se están preparando para el cambio, recibiendo los conocimientos y la preparación a través de los Oficiales del Ejército Nacional.
“Para poder entrar a ayudarlos en el posconflicto, estamos recibiendo la preparación que a ellos les están dando, nos la están transmitiendo a nosotros. Para mi es una gran satisfacción personal ya que tuve la oportunidad de estudiar en la escuela militar, mucho antes de entrar a estudiar Derecho y tenía una frustración porque vengo de una familia de militares, pero aquí encontré un espacio”, relató el oficial.
Por: Ariadne Osorio Ponce / EL PILÓN
ariadneosoriop@gmail.com